Ideas

Conservar viva la Esperanza

Pasaron las Fiestas Patrias más rápido de lo que hubiésemos deseado, y al evocar esos momentos sutiles, nos llega un cierto sabor de nostalgia y acaso también de desconsuelo, porque nos damos cuenta de que el México que hemos soñado, está cada vez más lejos de hacerse una realidad.

Evocamos aquellos momentos lejanos en que repetíamos con López Méndez: 

“México, creo en Ti, porque creyendo te me vuelves ansia 
de libertad, de amor y de esperanza…” México, 
Esa esperanza que hemos alimentado largamente, algunos por muchos, muchísimos años, otros más jóvenes, por ardientes idealismos.

Pero… ¿Dónde está ese México que dormita en el alma y que espera que un día haya quien le despierte a un día luminoso como aquél que soñaron nuestros ancestros?

Los noticieros insisten en darnos noticias donde abundan los temas desconsoladores, y en mostrarnos el mundo como un gran mercado en el que tan sólo encontramos fruta podrida. 

Intrigas, denuestos, homicidios, abundan por todas partes…

Y en lo que nos llega a través de las redes de la electrónica son todavía másabundantes los distractores y los comerciales que anuncian, exhiben y gritan lo que una gran mayoría de nosotros, no podemos comprar nunca.

Y en algunos momentos el México que hemos soñado con tanta ilusión, parece alejarse cada vez más de nuestro horizonte.

No obstante, en lo más profundo de nuestro ser, el corazón nos grita que debemos seguir cultivando la esperanza, y poniendo cada quien el empeño para aportar lo bueno y lo mejor al futuro de nuestro país donde todavía hay muchos niños que crecen y que serán los herederos de nuestra esperanza. 

Por muchos avatares hemos transitado, y el alma mexicana ha sido capaz de atravesar lo más difícil.

Pero ciertamente tenemos mucho que trabajar para que sea posible continuar y dar buen rumbo a nuestro empeño.

Hay muchos y muchas mexicanas que trabajan duro, que labran la tierra y se alimentan de sus frutos, muchos y muchas que cultivan ideales y estudian y trabajan en serio, para hacer de su vida un aporte al futuro, no un medio de explotación a los demás. 

Muchos hay que lucharon en primera fila para hacer frente a una pandemia tan trágica, y sin publicidad, médicos y enfermeras y maestras que  en silencio dieron y están dando lo mejor de sí, en favor de los demás.

Pero ciertamente hace falta que cerremos filas, y que cada uno aportemos nuestro mejor esfuerzo para levantar los ánimos, y para entre todos, salir del bache.

Esperar en un futuro mejor, trabajar por lograrlo, pedir a Dios su ayuda, fuerza e inspiración es ya un buen principio.

Tenemos que lograrlo, pero no a base de palabrería hueca, sino de verdadero empeño, de trabajo constante y colaboración desinteresada.

Esto es lo que hoy invito a reflexionar con sinceridad, y con una auténtica actitud de esperanza.

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