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Conflicto UdeG-Alfaro costó 2.8 MDP

Termina una era. El aumento al gasto para la UdeG en 2024 y la reforma para darle un presupuesto constitucional en 2025 saldan un conflicto entre Enrique Alfaro y la Máxima Casa de Estudios que duró casi dos años. 

Cada grupo hará su balance del costo político pero la disputa tuvo un costo económico para la UdeG: 2 millones 879 mil pesos en movilizaciones y plantones. 

Es el gasto que reportó vía transparencia la Universidad para la organización de más de 140 marchas entre agosto de 2021 y abril de este año, mes del suicidio de Raúl Padilla, líder del Grupo Universidad. 

El gasto, en números redondos, se distribuyó así: un millón 85 mil pesos para transporte; 320 mil pesos para alimentos e hidratación; 257 mil para volantes, lonas y banderas; 263 mil para gorras y 953 mil en toldos, tarimas y montajes de escenarios para mítines. 

Hay dos formas de leer estas cifras. Desde la indignación de un ciudadano promedio debido a que los recursos públicos de una universidad se destinaron a movilizaciones producto de una disputa política. 

En cambio, más de un universitario dirá que el costo económico es menor ante un fin superior: defender la autonomía universitaria; ese dinero representa el 0.02 por ciento de los más de 14 mil millones de pesos de los recursos que la UdeG ejercerá el próximo año. 

La reforma constitucional -que los diputados podrían aprobar a principios de 2024-  acabará con la disputa presupuestal entre la UdeG y el gobierno estatal en cada sexenio. 

Éste otorga un gasto a la Universidad de mínimo el cinco por ciento del presupuesto estatal y al menos el 0.3 para infraestructura universitaria. 

Todavía queda un pendiente en el plano político: la definición para enero si Ricardo Villanueva contiende por la alcaldía de Guadalajara. Quizá por eso el gobernador planteó su propuesta sin urgencia. De ordenarlo, sus diputados y diputadas pudieron procesarla en este cierre de año. Allí queda una pequeña ventana abierta a una disputa, pero parece lejana.  

Con autonomía financiera y sin Raúl Padilla, el próximo año se inaugura una nueva era en la relación entre el estado y la UdeG. Ojalá que no incluya una renuncia al papel crítico de la Máxima Casa de Estudios con este y cualquier Gobierno. 

jonathan.lomeli@informador.com.mx

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