Con Rubio crecerá la presión a México
Ante la inminente designación del Senador Marco Rubio como secretario de Estado nortemaericano, las redes sociales se ‘inundaron’ con una abundante cantidad de mensajes reproduciendo un segmento de la entrevista que hace algunos meses concedió el legislador de origen cubano al periodista Julio Vaqueiro de la cadena de televisión Telemundo. En aquella ocasión el entrevistador le preguntó: “¿López Obrador es un socio importante?”. La respuesta fue rápida y expedita. “No, él no, México es un socio importante, el país, sus instituciones; el actual presidente, desafortunadamente se dedica a decir disparates, a interferir en la política norteamericana. Gran parte del país, del territorio nacional -de México- se los ha entregado a los narcotraficantes que controlan estas áreas. Eso a nosotros nos importa porque estamos viendo las consecuencias de esa violencia, de esa criminalidad entrando a nuestra frontera y a nuestro país”.
Hoy, la figura de López Obrador ya no está en Palacio Nacional, pero sí su espíritu, su movimiento y su influencia, lo que quiere decir que en la percepción del futuro responsable de la política norteamericana hacia el mundo, es como si estuviera, además de que el posicionamiento, influencia y control de los grupos criminales en México es el mismo, si no es que peor en las últimas semanas.
Así que Marco Rubio, quien en 2016 compitiera por la nominación republicana a la presidencia y calificara a Trump de “un hombre lleno de mentiras” y el expresidente dijera que el legislador es “una persona que odian mucho en Florida” -ahora el destino los junta-, llegando a una posición donde tendrá una influencia infinitiva y un respaldo absoluto en la Casa Blanca para endurecer las políticas hacia nuestro país en la búsqueda en el control de drogas y en la lucha en contra de los grupos delincuenciales.
Rubio, quien es miembro del comité de Relaciones Exteriores del Senado y vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia, se le conoce como un legislador más agresivo que Trump y Vance -nuevo vicepresidente a partir del 20 de enero- y tiene posturas muy similares a las relacionadas con la aplicación de aranceles, la relación con China y extralimitarse en el financiamiento a Ucrania en la guerra contra Rusia. En otras palabras, es una “mano derecha” confiable para Trump en sus ofrecimientos de campaña y objetivos que tiene para su segundo término en la oficina Oval en Washington.
Trump y Rubio se enfrentarán a un mundo muy volátil y peligroso, además de encontrarse con un vecino -como lo es México- convulsionado por la violencia en varias regiones, con serios problemas para controlar el crimen organizado, acechado por una migración que poco se ha controlado y con problemas políticos internos que amenazan su democracia. Estos últimos ‘ingredientes’ pueden provocar que las decisiones que se tomen en Washington contra nuestro país puedan ser más duras o poco moderadas.
¿Usted, qué opina?