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¿Cómo la consulta cambiará la SHCP de Carlos Urzúa?

Ni Carlos Urzúa ni el próximo equipo de la Secretaría de Hacienda se han pronunciado públicamente sobre la consulta  del aeropuerto. ¿Qué podrían decir? Su papel es uno de los más incómodos: no tienen forma de quedar bien. Si defienden Texcoco, corren el riesgo de confrontarse con los morenistas (dentro y fuera del Gobierno). Si expresaran apoyo a Santa Lucía, el desencuentro ocurriría de cara a la “clientela” tradicional de la SHCP: sector financiero, inversionistas institucionales, grandes empresarios, agencias calificadoras y organismos financieros multinacionales.

¿Qué papel jugará la próxima Secretaría de Hacienda, una vez que concluya la consulta? Ningún funcionario del próximo Gobierno tiene tanto en juego con ella como Carlos Urzúa, con la posible excepción del ingeniero Javier Jiménez Espriú, que es el principal promotor de finiquitar la opción Texcoco.

El proyecto de Carlos Urzúa en Hacienda podría convertirse en un “daño colateral” de la consulta. Este ejercicio pone en juego la percepción del riesgo México, un “intangible”, que tiene mucho que ver con el nivel del tipo de cambio y las tasas de interés. En caso de que gane Santa Lucía y se interrumpa Texcoco, es muy alta la probabilidad de que tengamos un periodo de volatilidad cambiaría. En octubre, el tipo de cambio del peso se ha depreciado 80 centavos, casi 4%, en buena medida por el nerviosismo que ha provocado la posible cancelación del aeropuerto

¿Cuánto más podría moverse el tipo de cambio si gana Santa Lucía? Esta pregunta es muy relevante para Hacienda, para el sector financiero y para todo México. Una depreciación de uno o dos pesos adicionales es posible y tendría un impacto significativo en el presupuesto. Significa gastar más para pagar el servicio de la deuda externa y hacer mayores erogaciones en algunas importaciones ineludibles, como la gasolina.

De cara al Presupuesto 2019, esta turbulencia autoinfligida podría complicar la tarea de la “vicepresidencia económica”, que llevará Carlos Urzúa, apoyado por los subsecretarios Gerardo Esquivel y Arturo Herrera. Los ejercicios de ahorro de gasto podrían no ser suficientes para compensar los costos de un dólar más caro y, quizá, tasas de interés mas elevadas. Complicaría la asignación de recursos para la ejecución de algunos de los programas “insignia” de la próxima administración.

Por lo pronto, habría que generar partidas presupuestales para pagar a los tenedores de bonos del nuevo aeropuerto y para enfrentar contingencias legales. El pequeño grupo de grandes constructoras podría “calmarse”, quizá, con un diálogo con AMLO, pero los inversionistas extranjeros e institucionales son otro tipo de “criatura”. Muchos de ellos cotizan en Bolsa y están obligados a llevar la controversia al terreno legal.

Explicar la consulta y sus consecuencias es una tarea que ya empieza a afectar la agenda de la vicepresidencia económica. El mapa mundi está lleno de focos rojos: guerra comercial EU-China, Argentina, Turquía e Italia. La pregunta es: ¿México puede garantizar predictibilidad y certidumbre o se suma a los focos rojos?

Nota al pie. La consulta transformará Hacienda. Más allá del impacto que pueda tener en las variables económicas, este tipo de ejercicios tiene potencial para afectar el proceso de toma de decisiones. Si se va a instalar una democracia participativa para revisar las grandes decisiones, Hacienda dejará de ser esa vicepresidencia todopoderosa e inapelable. En las urnas, los tecnócratas siempre serán minoría.

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