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¿Cómo el impeachment a Donald Trump puede ayudar al T-MEC?

El comienzo del juicio político contra Donald Trump puede ayudar a aprobar el T-MEC en el Congreso de Estados Unidos. Suena raro, pero sí. Los demócratas están obligados a demostrar que el impeachment no significa la parálisis de la vida política en Estados Unidos y tienen pocos temas tan propicios para hacer esa demostración como el T-MEC.

Seamos realistas: hay muchas razones para estar nerviosos sobre el futuro del acuerdo comercial, en un contexto de guerra política entre los demócratas y Donald Trump. Es lógico que el peso haya perdido 11 centavos frente al dólar en las horas posteriores a la decisión del Capitolio. Es muy probable que pierda más en los próximos días.

Seamos realistas, pero también incorporemos un elemento de cálculo político. Para desacreditar el juicio político, Trump ha construido una línea de argumentación en la que pretende exhibir a los demócratas como irresponsables e improductivos. Llama do nothing a la líder de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, y pretende convencer al pueblo estadounidense que el impeachment será una enorme pérdida de tiempo. En su esfuerzo por distraer de los aspectos sustantivos de las acusaciones contra él, presenta una caricatura de los demócratas como obsesionados en una sola cosa, su derribo, e incapaces de contribuir a resolver los temas que urgen a Estados Unidos, entre ellos el USMCA (T-MEC).

Los demócratas tienen una forma fácil de desacreditar estas críticas del presidente: aprobar el acuerdo comercial. Es verdad que eso significaría un triunfo político para Trump, porque le otorgaría un trofeo en el rubro comercial, donde ha dejado una estela de pleitos con todo el mundo, incluyendo China, pero también sus aliados. Con la aprobación del T-MEC en el Congreso, los demócratas pueden construir una narrativa en la que salvan a Estados Unidos del aislacionismo comercial y, de ese modo, acreditarse la victoria en un tema relevante. Después de todo, fueron las exigencias de los demócratas el principal factor que hizo que México se comprometiera más a fondo con la reforma laboral, sobre todo en aspectos que preocupan a los sindicatos de Estados Unidos.

Hasta aquí el optimismo. Es necesario no cerrar los ojos a lo complicado que está el escenario para la aprobación del T-MEC en el 2019. El primer problema está en el calendario: el año legislativo termina con el Día de Acción de Gracias, el tercer jueves de noviembre. Sabiendo eso, el grupo de legisladores que está negociando los ajustes al USMCA se tomará una semana libre y volverá a trabajar el martes 12 de noviembre.

Otro factor a considerar es que el equipo de trabajo que encabeza Robert Lighthizer no ha presentado el Implementation Bill, un documento clave en el que se plasman los cambios legislativos que se derivan del acuerdo comercial. Sin ese texto, que consta de cientos de páginas, no puede empezar formalmente la discusión legislativa.

Quedan menos de dos semanas hábiles y el Congreso estadounidense está enfrascado en una batalla que ofrece pocos incentivos para colaborar. ¿Habrá T-MEC en el 2019? Las cosas están cuesta arriba y el terreno está lleno de minas. A favor, está el hecho de que la sociedad estadounidense ha aprendido a valorar la sociedad comercial con México. Sabe que de él dependen 14 millones de empleos y 75 mil empresas. Saben también que México y Canadá juntos le compran más a Estados Unidos que Japón, China y Europa juntos. ¿De qué lado caerá la moneda?

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