Charros sigue acusando desequilibrio en pitcheo
Ya hemos dicho en muchas ocasiones que compartimos el criterio, que es más o menos universal o generalizado, en el sentido de que el béisbol, nuestro amado rey de los deportes, es fundamentalmente pitcheo, pitcheo más pitcheo, y que el equipo que tiene el roster más adecuado para contar con un muy sólido grupo de lanzadores, ya que en el béisbol moderno en el que cada vez hay menos pitchers de toda la ruta, son tan importantes desde los que se encargan de la apertura, pasando por los necesarios elementos para acudir a la lomita de las responsabilidades, a mantener ventaja o evitar se incremente la desventaja para que el equipo pueda preservarse competitivo, y aquellos que deben encargarse de la preparación del cierre y los que deben poner cerrojo para salvar un posible triunfo.
Un equipo que quiera ser competitivo debe tener al menos cuatro o cinco abridores confiables -los llamados ‘caballos’-, al menos cuatro o cinco especializados en el relevo intermedio, que puedan entrar incluso cuando el abridor es sacado por problemas desde el principio del juego o temprana hora, es decir, serpentineros que podrán ser también abridores en su momento, con casi esa misma categoría y la confiabilidad necesaria, además de entre 3 y 4 preparadores de cerrojo y un par de cerradores, contando entre todo ese tipo de ellos un número suficiente de tirabolas zurdos, para en general tener al menos entre 14 y 15 buenos elementos a encargarse de la responsabilidad en el chipote del diamante según corresponda a las necesidades por las condiciones de cada juego o serie de ellos.
Obviamente, los conjuntos deben procurar tener muy bien cubiertas las posiciones defensivas con muy sólidos peloteros en la receptoría, con dos o tres elementos de calidad, contando también con los suficientes beisbolistas bastante confiables en la custodia del infield, y obviamente peloteros veloces, hábiles para capturar los pelotazos que van hacia las praderas.
Pero en fin, el pitcheo es fundamental, porque también es cierto, de nada sirve tener un equipo que anote muchas carreras si los rivales se regodean ante la fragilidad de los monticulistas que no pueden frenar la ofensiva y son rebasados.
Charros de Jalisco ha estado mostrando esa ineficacia en el pitcheo, a pesar de que ha mejorado, pero está en un lugar difícil de la tabla de posiciones en la zona norte compartiendo el sótano con Dorados de Chihuahua, ligeramente abajo de Aguascalientes y Monclova, más aún bastante alejados de los situados más arriba, de la media tabla en adelante, los que están en la zona norte punteando desde el líder Monterrey hasta los que siguen, que son Toros de Tijuana, los Tecolotes de Dos Laredos, Algodoneros de Unión Laguna y Calientes de Durango.
Así las cosas, Charros necesita ganar más cotejos y fortalecer su staff de lanzadores, estando aún a tiempo para su directiva, escuchando obviamente la voz de su cuerpo técnico y revisando lo que encuentren disponible sea útil tanto en México como en el extranjero, para que puedan consolidar esa eficacia, porque a pesar de que ya han ganado algunas pocas series, aún tienen una foja negativa entre victorias y derrotas, y a ese paso el conjunto estará batallando para quedar en posición competitiva, por más que no sea tan complejo el pase a los playoffs.
Pero lo que la gente quiere es espectáculo, es ver a su equipo ganar en casa y saber que cuando va de viaje se traiga al menos una victoria de cada serie, y que en casa ganen las series, así sea por un par de victorias contra una derrota, aunque son más felices los aficionados cuando el equipo es preponderantemente triunfador, las series en casa le importan y le impactan mucho al aficionado.
Ojalá esto se genere y se vea así, y que en los próximos cotejos se sienta la mano de los directivos, del equipo técnico, que hayan realizado lo conducente para ir mejorando y dándoles la faz que requiere el conjunto albiceleste local de éxito.