Charros, a bregar con calidad, garra y corazón
Tras culminar la agenda ordinaria de la campaña 2018-2019 de La Liga Mexicana del Pacífico (LMP), a partir del pasado martes primer día de este bisoño 2019 está jugándose la primera serie de Postemporada, la que en lenguaje de competencia deportiva universal sería la fase de Cuartos de Final, enfrentándose Yaquis de Ciudad Obregón ante Venados de Mazatlán, Cañeros de Los Mochis frente a Naranjeros de Hermosillo en tanto Charros de Jalisco están midiéndose en fragorosa batalla con Tomateros de Culiacán, en serial que saca chispas tanto por lo equilibrado de la contienda como en razón de la rivalidad extrema entre ambas escuadras y la insana fobia de la afición culichi hacia la novena jalisciense que ha sido prohijada por la propia directiva de Culiacán.
Los Charros enfrentan dura aduana en esta etapa inicial de la llamada fiesta de enero, mas tienen buen grupo de peloteros que saben desempeñarse como en muchas ocasiones a lo largo de la segunda vuelta de la agenda ordinaria del certamen, jugando beisbol de calidad con garra y pasión deportiva al máximo de su innegable capacidad, y así tienen posibilidad de ganar juegos suficientes para doblegar a la tropa de la capital sinaloense y clasificar a Semifinal como vencedores sin menoscabo de preservar la oportunidad de, en caso de conseguir menor éxito resultando derrotados por los guindas culichis, poder avanzar a ronda Semifinal como equipo con mejores resultados de entre los tres que no fueren vencedores en sus respectivas series de Repesca, o como se dice llanamente: pasar a Semifinales como escuadrón mejor perdedor de las gestas de Repesca para enfrentar en fase siguiente al equipo mejor posicionado de los tres triunfadores en los sériales actualmente desarrollándose.
Al primer juego de la serie entre Charros y Tomateros, efectuado en el nuevo estadio de los culichis en la capital sinaloense acudió mucha menos gente que la esperada por la directiva del conjunto anfitrión, ya que el coloso deportivo construido sobre lo que fue el tradicional y antiguo Estadio Ángel Flores se mostró vacío en aproximadamente la mitad de su aforo estimado en casi 19 mil personas, en su mayoría simpatizantes del conjunto guinda sinaloense quienes, azuzados desde la cabina de sonido y por las pantallas del estadio, persistieron en abuchear a los caporales albiazules de Jalisco, pasando incluso de los cánticos burlescos y las imágenes de mofa a las expresiones soeces y hasta procaces, producto de la clásica rivalidad deportiva extendida como antideportiva animadversión extrema.
Pese al esfuerzo desplegado por el equipo, jugando con garra y pasión beisbolera con gran trabajo del serpentinero abridor Will Oliver, Charros no logró preservar la ventaja de una carrera con la que llegaron a la séptima entrada y por falta de bateo oportuno al haber dejado ir varias oportunidades de incrementar su diferencia favorable además de equivocarse en la estrategia para desempatar a su favor y evitar la carrera que les propició la derrota, cayeron al lograr sólo dos carreras contra tres de Tomateros.
Los Charros deben bregar jugando con el corazón por delante mostrando que tienen calidad suficiente para equilibrar la competencia logrando victorias en los cotejos siguientes, obligados especialmente a aprovechar el arropo de su noble afición en los encuentros a efectuarse a partir del viernes 4 de este naciente enero en su estadio de la Colonia Tepeyac, en Zapopan.
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