“¿C’est fini?”
Está mediando marzo y el año tenístico empieza a dejar atrás, apenas, su cuarto de círculo. La historia se empecina en retroceder los tiempos y hacernos creer que no transcurre 2018 sino la primera década del siglo, cuando Federer estaba en una galaxia y el resto, en la tierra, tan mortales como cualquier hijo de vecino.
Ya se puso en marcha Indian Wells, el primer Masters 1000 del calendario. El año pasado, antes del comienzo de este torneo, Federer tenía una diferencia de 500 puntos sobre Nadal (dos mil 045 contra mil 545). Después de Indian Wells y antes de Miami, se amplió a mil 410. Y luego de Miami, a mil 810.
Este año, antes de Indian Wells, (debuta esta tarde ante el argentino Federico Delbonis), Federer aventaja por 2140 al español (2500-360), o sea, 1640 puntos más que hace una temporada.
Nadal no jugará ni Indian Wells ni Miami (comienza en dos semanas). En el peor de los casos, Federer tendrá una diferencia mayor al año pasado aunque pierda en primera ronda en ambos.
Nadal debe defender, durante abril y mayo, cuatro mil 680 puntos: mil, de Montecarlo; 500, de Barcelona; 180, de Roma; mil, de Madrid y dos mil, de Roland Garros. La lesión que sufrió previo a Acapulco (psoas ilíaco de la pierna derecha) es la misma que no le permitió terminar su partido de Cuartos ante Cilic en Australia.
Cuando regrese (Montecarlo, 15 de abril), será su parte preferida del año, pero también la que le provoca el desgaste más elocuente. Ni falta que hace aclarar que están todos los boletos a su favor para ponerlo como máximo candidato en todos esos torneos, pero el condicionante físico puede ser decisivo. Ya se ha especulado, en otras temporadas, con que Nadal no iba a poder hilvanar la seguidilla en la gira de polvo y hace 13 años que no para de cerrarnos la boca. Pero este año, su físico ya lo puso en alerta dos veces en los dos torneos que se presentó: uno, no pudo terminarlo; al otro, ni siquiera lo empezó. Federer jugó dos y ganó ambos.
¿Se imaginan que ocurra eso (Nadal ganando todo, Federer perdiendo todo)? Imposible
Roger anunció hace dos años que no jugará nunca más sobre polvo de ladrillo. Está cediendo los puntos de casi un cuarto de la temporada, una enorme ventaja para pelear por el número uno. El año pasado, con este mismo calendario para ambos, al terminar Roland Garros, Nadal había sumado dos mil 870 más que Federer (seis mil 915 contra cuatro mil 045). Si este año Nadal gana los cinco torneos de polvo de ladrillo (cinco mil 500 puntos) y Federer pierde en primera ronda de Indian Wells y Miami (0 puntos), la diferencia a favor de Nadal será de tres mil 360 puntos (cinco mil 860 contra dos mil 500) ¿Se imaginan que ocurra eso (Nadal ganando todo, Federer perdiendo todo)? Imposible. Ni siquiera soñándolo. De hecho, habrá que ver si Nadal decide jugar todos los torneos. Montecarlo y Barcelona son en semanas seguidas (tercera y cuarta de abril); Madrid y Roma también (segunda y tercera de mayo). Su cuerpo debe llegar intacto a Roland Garros.
Mientras Nadal se debata entre el polvo de ladrillo y su físico, Federer tendrá más de dos meses hasta su retorno el 11 de junio en el césped de Sttutgart (perdió en debut ante Tommy Haas el año pasado). Será su momento del año: el segundo semestre le ha sonreído a su historia. Es cuando más partidos, títulos y puntos ha ganado. Y además, está reluciente física, mental, emocional y tenísticamente.
Si no pierde el paso en Indian Wells y Miami (Semifinales como piso), la lucha por el número uno podría decantarse muy rápidamente a favor del suizo.
Nadal terminó 2017 como número uno por sólo 155 puntos de diferencia. ¿Cómo podrá Rafa repetir si sumó hasta ahora mil 145 puntos menos que en la temporada pasada (mil 545 contra 360), no jugará los dos primeros Masters 1000 y Federer es el defensor del título en ambos?
Aunque parezca demasiado temprano, el déficit físico de Nadal parece acompañar a la lógica tenística del momento. Será casi imposible evitar que Federer termine el año como número uno.
Hay otros, claro, pero parecen fuera de concurso. Djokovic, si es que su cuerpo lo acompaña, podría reclamar su lugar, pero le ocurre algo parecido a lo de Nadal. En un cuarto de temporada, sólo sumó 180 puntos. Pueden hacer mucho ruido Dimitrov y Thiem, pero todavía les falta cruzar la barrera de ganar un Grand Slam. Del Potro ya lo hizo, será durísimo para todos, pero su meta, por las constantes lesiones que padeció, está en jugar poco y ganar mucho, más que en pelear el primer sitio. Algo similar cuenta para Cilic, que viene de hacer Final en Australia. Zverev todavía debe madurar. Algún día, lo veremos allí arriba. No todavía.