Cerrojazo de la temporada
Dos obras maestras de la música, hermanadas por el tema de la muerte, integraron el doble programa, uno el jueves pasado, el otro este domingo, con que la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) da el cerrojazo a su Primera Temporada 2024.
Totenfeier (rito funeral), de Mahler, y el Requiem, de Mozart, tuvieron una excelente respuesta de público. Como una semana antes, por obra y gracia de la Quinta Sinfonía de Beethoven, el jueves nuevamente hubo sala llena y el domingo seguramente se repetirá la historia en el Teatro Degollado. Lógico: Mahler y Mozart, con justificadas razones, son compositores taquilleros.
Mahler (1860-1911) dedicó la partitura de su Totenfeier al director de orquesta alemán Hans von Bulow (1830-1894); un par de años después la retomó, con algunas mínimas variantes, como primer movimiento de su Segunda Sinfonía. La obra lleva la marca de la casa: sonoridades grandiosas, lo mismo en los delicados pianísimos como en los rotundos fortísimos, inspirados todos por el tema dominante de la muerte... sin perjuicio de algunos elementos que en su momento parecieron pedantes a sus críticos.
La lectura de la OFJ, dirigida por su titular, José Luis Castillo, fue pulcra.
Para el plato fuerte del programa, el Requiem de Mozart, la OFJ contó con la colaboración de los coros del Estado de Jalisco y Municipal de Zapopan, dirigidos por José María López Valencia y Mireya Ruvalcaba, respectivamente, además de los solistas Anabel de la Mora (soprano), Vanessa Jara (mezzosoprano), Ricardo Calderón (tenor) y Carlos López (barítono).
Si en obras de este tipo -como en la ópera, las pasiones, los Stabat Mater o la Novena Sinfonía de Beethoven, etc.-, el resultado va en proporción directa con la calidad o la química de las voces solistas o la amalgama entre orquesta, coros y solistas, además de que ocasionalmente la dirección amerita medalla aparte, esta versión mereció la calificación aprobatoria a secas, con mención honorífica para algunos pasajes a cargo principalmente de los coros: la fuga del Kirie, el Dies Irae, la segunda parte del Rex Tremendae (la plegaria Salvame por Pietatis), la bellísima Lacrimosa, el Sanctus y el Lux Aeterna...
El público, que esta vez se abstuvo de obsequiar aplausos inoportunos, se reservó para el final la gran ovación de la velada.
El programa del cerrojazo de la temporada, como ya se apuntó, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en la misma sala.
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