El gran triunfo de la izquierda mexicana
Este fin de semana, el presidente de México visita Cuba. Según el programa oficial, llega sábado en la noche y se queda hasta muy tarde el domingo. Es un momento histórico para la izquierda mexicana. Los que aprendieron a ser rebeldes con playeras del Ché Guevara y canciones de Silvio Rodríguez, hoy son el gobierno. En los momentos más desérticos de la lucha, Cuba los inspiró, Cuba los financió, Cuba los arropó, Cuba los invitó. Hoy han conquistado el poder. Triunfó su revolución. Por eso todos quisieran irse de fin de semana a Cuba con Andrés Manuel. Imaginar que se embarcan juntos en el Granma, de regreso a esa isla que es su musa, para arrodillarse victoriosos ante la tumba de Fidel Castro y susurrarle con la frente en alto: misión cumplida, comandante.
Para López Obrador, Cuba es el modelo perfecto. No hay oposición. No hay prensa libre. No hay sociedad civil. No hay empresario que no esté sometido al régimen. Y mandan los militares. Todo es propaganda. Cada palabra, cada gesto, cada avenida, cada monumento, cada souvenir con las caras de Fidel y el Ché. Falta libertad pero sobra poesía. Falta democracia pero sobra trova. Falta infraestructura pero sobran discursos épicos. Hay escasez de todo, menos de narrativa. Y la corrupción -como la comida- está racionada, repartida y organizada desde el gobierno: a los de arriba les toca más, a los de abajo sólo les salpican las migajas. ¿Resultados, desarrollo, crecimiento? No hay ninguno, pero de nada tiene la culpa el régimen: todo es culpa del imperialismo yanqui.
Tengo un enorme interés por ver qué sucederá en esa gira cubana. Imagino que la dictadura recibirá a López Obrador no sólo como el alma mater que reconoce al alumno con los máximos honores, sino con orgullo de quien ve encumbrarse a un hijo y hoy lo tiene de visita en casa. ¿Le llevarán a una escuela para que López Obrador postule que el cubano es el modelo a seguir? ¿Lo llevarán a un hospital para que de ahí declare que México tiene mucho que aprender de la isla? ¿Lo llevarán a los campos de café o de tabaco para que diga no se qué de Sembrando Vida? ¿Le organizarán un mitin de la Plaza de la Revolución, a la vera del memorial de José Martí? ¿Condenará a Estados Unidos desde el epicentro anti-americano? Tiene otro peso La Habana que la mañanera. ¿Irá Silvio Rodríguez a interpretar las canciones favoritas de la pareja presidencial mexicana? ¿Invitará a cantar a la esposa del presidente? No lo hace mal. La trova cubana es la banda sonora de la película épica de la izquierda mexicana: la han puesto en mítines, plantones, bloqueos, marchas, ¿por qué no usarla para amenizar la dulce melodía de la plenitud del poder?
Ya casi es la visita a Cuba. Creo que va a ser una gozada.
carlosloret@yahoo.com.mx