Candidato solitario en un Jilotlán sin ley
La violencia en Jilotlán de Dolores es un problema que empezó a asomar y empezaron a sufrirlo a diario sus habitantes desde hace al menos una década.
Este municipio del sur de Jalisco colinda con el municipio michoacano de Tepalcatepec, zona conocida como la tierra caliente, cuna del cártel de Los Caballeros Templarios y de los grupos de autodefensa que nacieron en la guerra contra el narco de Felipe Calderón, que quiso cooptar el gobierno de Enrique Peña Nieto enviando como virrey a Alfredo Castillo, quien nunca pudo resolver la crisis de seguridad que cada día empeora más en ese vecino estado, sin que tampoco el gobierno de la 4T de Andrés Manuel López Obrador haya intentado algo para pacificar esa zona del país. Una clara región con gobiernos fallidos y ausentes como en muchas otras comunidades del país.
Ya desde el 2013 era de tal tamaño la presencia y el control que ejercían los grupos delincuenciales que el entonces naciente gobierno del priista Aristóteles Sandoval anunció una inversión de 50 millones de pesos y la aportación de un terreno para edificar en Jilotlán de Dolores una base militar que extrañamente terminaron construyendo en Zapotiltic.
Desde aquel entonces incluso se hablaba de que las autoridades municipales de esa región le aseguraban al gobierno estatal que ya operaba al menos un grupo de autodefensa en Jilotlán, en la comunidad de Loma Alta. Decían que eran al menos 35 policías comunitarios que argumentaban que su función era evitar la llegada de los Caballeros Templarios, aunque fuentes de inteligencia militar desde aquellos tiempos los consideraban un grupo armado por el cártel Jalisco Nueva Generación para repeler la entrada de los Templarios a suelo jalisciense.
Jilotlán de Dolores volvió a ser noticia en el proceso electoral pasado. En plena campaña, un 15 de abril del 2018, fue asesinado Juan Carlos Andrade Magaña, alcalde con licencia que buscaba la reelección por el partido Movimiento Ciudadano.
En el periodo de campañas políticas que terminó ayer, Jilotlán volvió a colocarse en el centro de la atención (y de la preocupación) porque sólo tres (MC, Morena y PAN) de los 13 partidos políticos participantes en la contienda registraron candidatos argumentando intimidaciones de los grupos delincuenciales, que días después harían renunciar a las candidatas de MC y del PAN. Ante esta situación seis partidos políticos pidieron al árbitro electoral suspender la elección, planteamiento que fue rechazado por el IEPC con un cuestionable argumento de que sólo el INE tenía facultades para ello.
Así, y con todo el riesgo y el problema político-administrativo que impedirá constituir ese ayuntamiento con regidores opositores, en Jilotlán sólo quedó el candidato de Morena, José Manuel Cárdenas, él único que al parecer no intimidaron los malandros.
Ayer Cárdenas dijo que no hay ningún motivo para tener miedo, por eso será el candidato solitario en el Jilotlán de Dolores sin ley.
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