Calmarse
Tranquilos vamos a salir mejor librados de ésta. Lo que sea, que te toca vivir en estos momentos, hay que cuidar de no caer en la desesperación y la ansiedad.
Algunos filósofos ya plantearon que estamos en plena era de la ansiedad, en tiempos de una agitación existencial, pletórica de miedos y vacíos, que nos estrangulan la mente hasta ahorcarnos de fatiga y pesadumbre.
Parece que hemos perdido el rumbo y la conducción de nuestras vidas, y peor aún confinados al cadalso de la incertidumbre.
Ya comienzan los estragos emocionales a perturbar a las mentes ociosas que no saben qué hacer con su tiempo disponible. Ya tocó a su puerta el hastío y el aburrimiento. Los más afectados, son todos aquellos que vivían adheridos a la vida social, a los antros, bares y pachangas.
En cambio la libran, los que ya disfrutaban de estar solos y de abrazar actividades creativas y culturales en pequeños círculos de amigos.
La inasistencia a las aulas de clases, rompe un paradigma educativo que parecía inquebrantable. El hogar se convierte en salón, los padres en maestros que no enseñan necesariamente; pero sí vigilan. A los amigos sólo se les ve en línea y se extrañan sus risas y compañía.
Al toque del clarín, todos hemos de seguir marchando calmaditos y sin caer en la tentación de aventar por la borda, el esfuerzo comunitario, realizado hasta ahora. Que nadie se raje y comience con taquicardias y a tener síntomas de enfado y con ganas de patear lo que se mueva.
Los ñoños ni han sentido el cambio, casi su vida sigue igual, son “gamers” empedernidos y ahora tienen mucho tiempo para estar en lo que más les gusta. En cambio los “socialitos” están urgidos de “reus”, antros y graduaciones.
Sí que hemos tenido que hacer cambios; pero si no te esmeras por calmarte, el fantasma de la ansiedad te robará tu consciencia y te quedarás atrapado en sus perturbadoras y maléficas seducciones, de pasártela lo más mal que puedas y atormentándote tu solit@.
¡ Por favor ya cálmate!