Ideas

COVID-19: and the winner is... China

¿El COVID-19 abrirá la puerta a una era de predominio de China? Podemos quitar los signos de interrogación y afirmarlo. El dragón saldrá fortalecido de esta pandemia, con más influencia en el mundo: económica y diplomática.

No es fácil entender cómo China pasó de ser el villano, por ser el lugar de origen de la pandemia, al héroe que envía cargamentos de material médico a todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Europa y, por supuesto, México. Esta metamorfosis es una de las grandes historias del 2020 y sienta las bases para imaginar el mundo que viene en cuestiones de geopolítica y economía internacional. China como una potencia capaz de controlar la narrativa sobre los grandes acontecimientos. El dragón, consolidando su papel de potencia mundial, con gran influencia en lo económico y en el tema más relevante del año: las soluciones sanitarias.

En enero, China era responsabilizado por la forma en que manejó los primeros casos del coronavirus. Ahora, se le reconoce la firmeza con la que impuso los controles y se mira con admiración la forma en la que está recuperando la normalidad. En lo económico, las medidas de salud tuvieron un alto costo: una caída de 6.8% en el primer trimestre del 2020, su primer descenso en más de 40 años. También, en lo económico, su capacidad de controlar la pandemia le otorgará beneficios. Todo indica que tendrá una recuperación en forma de V. El Fondo Monetario Internacional pronostica que cerrará el año con un crecimiento de 1.2%, para rebotar con un robusto 9.2% en el 2021.

Ninguna de las grandes potencias tendrá un desempeño positivo en el 2020. Estados Unidos, Europa y Japón tendrán un año muy negativo en lo económico. Quizá ninguna tenga una recuperación como la que se proyecta para China. Podría haber estancamiento o un periodo de bajo crecimiento, todo depende de lo que pase con la pandemia y del agujero que deje en lo económico y lo social.

En Europa, hay temor justificado de que la crisis dé la oportunidad al dragón de apoderarse de algunas empresas emblemáticas y estratégicas. Aerolíneas, bancos y proveedores de infraestructura han quedado a precios de ganga en los mercados accionarios. Para evitar que China haga adquisiciones hostiles, los reguladores europeos han puesto candados a las compras chinas.

Estados Unidos ha pasado de ser espectador de la pandemia a epicentro global de la misma. Al jueves 16 de abril, van 34,562 muertes por coronavirus. Este número ya es 10 veces más alto que el total de China. En lo económico, el virus traerá un decrecimiento de 5.9% para el 2019, según el Fondo Monetario Internacional. Esta caída vendría acompañada por un rebote de 4.7% en el 2021.

Si las proyecciones se confirman en la realidad, a fines del año próximo, China habrá rebasado a Estados Unidos como la economía más grande del planeta, con un Producto Interno Bruto (PIB) aproximado a los 22.5 billones de dólares. Todavía será tres o cuatro veces más pequeña en términos de PIB per cápita, pero habrá logrado una hazaña, acelerando la historia. Hay que tomar en cuenta que, hace cinco años, China era 40% menor que Estados Unidos. Se esperaba que el rebase ocurriría hasta finales de esta década.

¿Cómo encajará Donald Trump esta nueva realidad? Al presidente le enfurece que China emerja como el vencedor de la llamada guerra contra el COVID-19 y es probable que no se quede con los brazos cruzados. Un escenario muy probable es que incremente la tensión con China en ámbitos como la política comercial y lleve a nuevos niveles su afán proteccionista. Esto es una oportunidad y un riesgo para México, ¿queremos y podemos entrar en una lucha de titanes?

El mayor peligro para el mundo es que las tensiones no se queden en lo comercial y vayan hacia el terreno geopolítico o militar. Suena terrible, pero para que anticiparnos: todavía no hemos derrotado al COVID-19.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando