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¿Corregirán el botonazo del lunes?

A inicios de semana escribí aquí que para que Jalisco hubiera pasado de la luz naranja a la roja de máxima alerta en el semáforo epidemiológico nacional de la pandemia de coronavirus, al registrarse los más altos picos de contagios, de fallecimientos y de ocupación hospitalaria, gravitó claramente el hecho de que se hayan dejado días sueltos entre el primer y el segundo botonazo, y entre el segundo y el tercero que terminará el próximo domingo, sin que hasta el momento en que escribo esta columna se haya comunicado qué pasará el lunes: si se prorrogan, o no, las medidas restrictivas para buscar cortar la cadena de contagios que se ha vuelto catastrófica al atrapar cada día a más jaliscienses.

Hoy enfatizaría que otro factor ha sido también el hecho de que las medidas que limitaban las actividades económicas se fueron flexibilizando en cada una de las tres activaciones que se han hecho hasta ahora. La primera, del 30 de octubre al 12 de noviembre, donde hasta el transporte se suspendió; la segunda, del 25 de diciembre al 10 de enero, en la que por ejemplo se dejó operar a restaurantes hasta las siete de la tarde; y en la actual, que inició el sábado 16 de enero y termina el domingo 31, en la que inexplicablemente, pese a que los contagios iban en aumento, se ampliaron los horarios hasta las 10 de la noche.

Sin duda, el incumplimiento de buena parte de la ciudadanía de su cuota de responsabilidad social al ignorar el uso de cubrebocas, de continuar con reuniones y no evitar las aglomeraciones, acabó de concretar la fase más crítica en lo que va de los 10 meses de la crisis sanitaria en nuestra entidad.

Es claro, pues, que esta vez ya no se deben desactivar las medidas que en teoría se levantarían el próximo domingo, sino al contrario, se deben revisar y, en su caso, elevar su grado de rigurosidad y anunciarse hoy mismo, si es que no se alcanzó a hacer ayer que estuvo reunida la Mesa de Salud y de Desarrollo Económico convocadas por el Gobierno estatal. Ya la Universidad de Guadalajara señalaba el miércoles que no había condiciones para suspender el botón de emergencia, y que incluso se tenían que extremar las medidas.

Por la relajación social en el cumplimiento de las medidas, muchos piensan que es momento, incluso, de hacer obligatorio el uso del cubrebocas en la vía pública y hasta sancionar a los que no lo porten correctamente, como me lo propuso el lector Horacio Peña Rojas al sugerir que “quien no lo use o lo traiga mal puesto debe ser ARRESTADO por 5 o 6 horas por ser una amenaza de contagio, un peligro para otras personas así como lo es un conductor cuando maneja ebrio”.

Pese a todo lo conflictivo que fue en el primer botonazo el recorte de horarios del transporte público, el hecho de que la autoridad no haya podido meter en cintura a los camioneros para no llevar unidades saturadas sí impacta negativamente.

Esta medida debe ser analizada porque los camiones repletos son focos casi seguros de contagios del COVID-19, para lo que también contribuyen muchos empresarios que no han cumplido tampoco con el escalonamientos de horarios, por lo que representan también otro elemento a corregir.

Nos va la vida en la corrección, o no, del nuevo botonazo.

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