CAL = Alimentación integral
Cada época trae consigo cambios y situaciones especiales que nos invitan a reflexionar en silencio y con sinceridad en algunos temas especiales que en esos momentos son los que más redundan en el ambiente.
Uno de estos temas de actualidad en el presente, es precisamente el “fantasma del hambre” que se asoma amenazante en el horizonte, pero que no debe asustarnos, porque tenemos al alcance de la mano los alimentos suficientes para hacerle frente, pero que hay que saberlos administrar adecuadamente.
Inicialmente pensé en dos alimentos importantes: el físico y el intelectual, pero precisamente hoy, tuve una intuición: el alimento del alma también hace falta:
Por eso, para poder vivir bien alimentados necesitamos CAL, tres elementos para ser sanos y felices.
¿Y qué es CAL? Muy sencillo: COMIDA, AMISTAD Y LIBROS.
Comida sana, balanceada y equilibrada. Todos sabemos de qué se trata, y también sabemos de sobra acerca de las chatarras que ni alimentan ni benefician.
También conocemos expertos que han estudiado las características de los alimentos para balancear mejor sus propiedades y nos sugieren las mejores formas de combinarlas.
Amistad, es uno de los ingredientes que necesitamos para una salud plena y llena de vitalidad.
Precisamente en estos días en que celebramos con miles de mensajes y detalles el “día del Amor y la Amistad”, sin duda nos hemos dado cuenta, de que este ingrediente es precioso y hace tanta falta para el alma como el buen almuerzo para el cuerpo.
Palabras, consejos, y alguna vez compartir, risas, bromas y travesuras. Y tal vez también tristezas, dolores o fracasos.
Sin duda también hemos caído en la cuenta que el verdadero amor es el nutriente básico del cual proceden todos los amores que alimentan nuestro ser de humanos atados a la tierra y orientados al cielo, donde el Amor eterno de Dios fluye como la fuente de la cual surge todo amor humano, espiritual y divino.
Y precisamente hoy, en estos días, en que todo ha hablado de Amor y de Amistad, tuve una experiencia muy grata, al volver a reencontrarme con unas personas encantadoras, maravillosas que dejaron en mi vida la experiencia de una hermosa amistad.
David, a quien una vez hice llorar, y luego quería consolarle con un puñado de chocolates… pero ese es otro cuento.
Carmelita y Alberto, personas que hacía tanto, tanto tiempo estábamos sin comunicación, pero no en el olvido. Leonardo, e Isabela, flores de la misma planta. Fernando el que me recordaba cuando nunca nos habíamos visto en persona pero decía: “Te vi en TV”. Porque sí había visto allí una antigua grabación de un video casero.
Y aunque solamente pudimos comunicarnos, el recuerdo perdura a través de la distancia y el tiempo, y evocamos canciones que entonces componíamos improvisadamente, y temas de donde surgían cuentos y novelas que se quedaron en el baúl de los inéditos… y tantos otros momentos felices que compartimos.
Tal vez no volveremos a comer chocolates, o a relatar las historias pasadas, pero sí a confirmar que la Amistad perdura y que lejos o cerca hace vivir. En resumidas cuentas, verdaderas amistades son alimentos que siguen ayudando, acompañando y consolando porque, si son verdaderas no son algo que desaparece o que borra el tiempo.
Estas memorias felices, no siempre exentas de nostalgia, son alimentos del alma y ayudan a levantarse y seguir caminando en pos de nuevas metas y de otros derroteros con alegría, con ánimo y con amor.
Y… tantos y tantas amistades hermosas que se hicieron presentes a través de las redes…
Hoy podría mencionar muchos nombres, pero sin duda, dejaría muchos fuera, por eso mejor la reservo mi elenco para la oración ante Dios, que todo lo sabe y a todos cobija con el mismo infinito amor.
Hagamos una lista de esos nombres que nos ayuden a recordar los momentos felices y las evocaciones que lejanamente quedaron impresas en el fondo del alma.
Si hoy hiciéramos un recuento de las verdaderas amistades que llevamos impresas en el alma y en el corazón, y no será cosa de un día en que las recordemos, sino que estarán presentes en todos nuestros hermosos momentos para darles nuevos matices, o en nuestros momentos de dolor, para compartir los y darles una luz de consuelo, una oración conjunta que sin duda llegará hasta el cielo.
Del otro elemento de la CAL: LIBROS – Lectura – Estudio… hablaremos después, en otra ocasión, porque ciertamente vale la pena dedicarles también un poco de reflexión, ya que son muy importantes para alimentar la mente y dar equilibrio al ser, ayudando a formar la personalidad.