Bonilla y el rescate de Carlos Lomelí
Hay quienes, optimistas, aseguran que en la política no se muere de forma permanente; siempre queda oportunidad para un regreso, aunque sea inesperado. Parece que un evento así está por ocurrirle a Carlos Lomelí Bolaños, actual regidor en el Ayuntamiento de Guadalajara y quien terminó en ese cargo después de perder las elecciones por la presidencia municipal con Pablo Lemus Navarro.
Empresario exitoso, el Dr. Lomelí ya ha ocupado otros cargos de elección, como una curul en la Cámara de Diputados. Sin embargo, muy esporádicas fueron sus apariciones en el Palacio de San Lázaro porque la mayor parte de su tiempo estaba dedicada justo a sus empresas y también sus aspiraciones políticas.
Dado el antecedente, no se esperaba del ahora regidor una dedicación regular al modesto cargo de edil en Guadalajara, aunque ya ha aparecido en dos ocasiones para abordar asuntos como el proceso electoral en San Pedro Tlaquepaque y el estrecho acuerdo de operación entre las policías de Guadalajara y Zapopan.
Parecía entonces que para el militante de Morena y cercano del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se avecinaba una lenta disolución en la vida pública después de haber competido con Enrique Alfaro Ramírez por la gubernatura, primero, y con Lemus por la presidencia tapatía.
Pero parece que en su favor se está consolidando otra oportunidad, y ésta le llegará de la mano del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez… quién lo hubiera previsto.
Jaime Bonilla será mandatario de su entidad por el corto período de dos años, pero con ese poco tiempo se ha convertido en un mandatario famoso y controversial. En cualquier tema que ha abordado como gobernador, generó polémica y al mismo tiempo que aplausos, también cosechó abucheos y condena pública.
A pesar de una larga lista de escándalos, que iniciaron con un tramposo intento por prolongar su período de gobierno -sólo pudo frenarlo el Poder Judicial-, Jaime Bonilla dejará el poder el próximo 1 de noviembre con el respaldo del Presidente Andrés Manuel López Obrador y por si fuera poco, la invitación pública para que se integre al gabinete presidencial, en cualquier cargo que le apetezca.
Las especulaciones abundan, pero ya se adelanta que Jaime Bonilla Valdez sustituirá en el encargo al actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz-Leal, de discreto paso por la dependencia y más bien lejano de las preferencias presidenciales.
Bonilla se convertiría entonces en el tercer titular de la SCT en el sexenio de la 4T… ¿y a quién está convidando como cercano colaborador? A Carlos Lomelí Bolaños.
Ambos están cortados con la misma tijera: se hicieron a sí mismos como hombres de empresa; forman parte de una cúpula cercana al Presidente López Obrador y contra escándalos y críticas, se sostienen en sus proyectos personales. Los dos tienen una vasta reserva de autoestima y no son adeptos a los consejos de sus asesores.
Los dos también acumulan una cuantiosa fortuna y un conocimiento probado del manejo financiero que puede encontrar terreno fértil en la obra pública que debe emprender la SCT.
Vistas así las cosas, Lomelí Bolaños tiene además de fortuna, suerte y buenas relaciones. Parece que es verdad: para algunos, en política no se muere de forma permanente.
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