Blinken no quiere sorpresas de AMLO
Recuerda que hace solo unos días el Canciller Marcelo Ebrard descartó que el presidente López Obrador se fuera a reunir con Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, en la visita que hace hoy a nuestro país. Que supuestamente el funcionario norteamericano viene como parte de la delegación para el Diálogo Económico de Alto Nivel México-Estados Unidos en el contexto de las quejas en contra de nuestro país dentro del Tratado de Libre Comercio (T-MEC) por las reformas energéticas y en el que se va a hablar de “los avances que tenemos en varios sectores estratégicos, como semiconductores, electromovilidad y equipo médico”. Tal y como lo dijimos el 23 de agosto, es falso.
El viernes pasado en una conferencia de prensa en el Departamento de Estado en Washington, el subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, confirmó la presencia de Blinken en México para entrevistarse con el Presidente mexicano y textualmente dijo que el objetivo del viaje es “discutir prioridades compartidas, incluso nuestro trabajo conjunto para abordar el fentanilo y nuestra cooperación y esfuerzos continuos para abordar humanamente la migración irregular en las Américas...México juega un papel clave en nuestro trabajo en América del Norte para promover la democracia, la prosperidad económica y la seguridad”.
Por supuesto que el tratado de libre comercio es importante en la relación bilateral, pero para la Casa Blanca -en estos momentos- lo más importante es el tráfico de drogas, la ola de migrantes que atraviesan nuestro país y lo que internamente sucede en México, con la posición de retórica que se asume, con la militarización y la inseguridad que a la postre son un elevado riesgo para Estados Unidos.
La visita de Blinken hoy puede obedecer en parte a la preocupación por los más de un millones de personas -que la mayoría han pasado por suelo mexicano- que han solicitado asilo en los primeros 20 meses de la administración de Joe Biden o las 748 migrantes que han fallecido en el último año fiscal en el río Bravo o en los desiertos en su intento por llegar a suelo norteamericano. Pero obedece primordialmente a otro motivo más importante. Desde el día en que López Obrador anunció que será durante el desfile militar del 16 de septiembre -con el clásico estilo de un dictador- cuando de respuesta a los reclamos de Estados Unidos y Canadá sobre el T-MEC, en Washington se encendieron las alarmas.
López Obrador en su visita de fin de semana a Mezquitic, Jalisco, quiso suavizar los tema a tratar con el secretario de Estado Blinken y se concretó a decir que se conversara de “el tema migratorio, que se apoye y no se maltrate a nuestros paisanos migrantes”. Usted cree que Antony Blinken -con la delicada responsabilidad que tiene a sus espaldas-, quien la semana pasada realizó un viaje sorpresa y relámpago a Bruselas (Bélgica) y a Kiev (Ucrania) para anunciar la entrega de 2,200 millones de dólares en ayuda militar para combatir la invasión de Rusia, ahora se ‘trepa’ en un avión a Mexico para venir a que el presidente López Obrador le platique de que no “maltrate a nuestros paisanos”.
Blinken viene a asegurarse que ‘no se den sorpresas’ en el anuncio durante el desfile militar y confirmar -como lo dijera el subsecretario Nichols- que realmente se “promueva la democracia, la prosperidad económica y la seguridad”.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net