Biden se queda solo y Trump resucita
Desde el debate presidencial en Atlanta -el 27 de junio- el presidente Joe Biden ha dejado de ser candidato para la reelección; su labor en los últimos días en lugar de estar enfocado en su campaña, ha estado centrada en retener la nominación demócrata después de la desastrosa presentación en su “encuentro” con Donald Trump; reportan sus allegados que sus “consultas de campaña” ya no es tanto con los asesores del partido o sus aliados en el Congreso, sino más bien con su esposa Jill o con su hijo Hunter. Hoy, Biden no lucha o compite políticamente con Trump, lo hace en contra de congresistas demócratas -que ya casi llegan a 30 y cada día se agregan más- quienes se oponen a que el presidente continúe en la intención de reelegirse; que de seguir así y cargar con una derrota en noviembre próximo se perderá la Casa Blanca y el Senado.
El lunes por la noche Lester Holtz -conductor del noticiero nacional de la cadena de televisión NBC- cuando le pregunto sobre a quién recurre o le consulta temas como el continuar en la carrera por la reelección, la respuesta de Biden fue más que elocuente: “A mi”. El presidente se ha quedado solo y sus únicos pilares de apoyo son su esposa y su hijo.
Y si bien es cierto que antes del atentado del sábado pasado Trump aventajaba a Biden en las encuestas, el expresidente ha quedado como “héroe” después del incidente. De acuerdo con RealClearPolitics -que muestra una combinación de todas las encuestas-, Trump gana en los seis estados que pueden decidir una elección. El “resucitado” candidato gana los 77 votos electorales -de los 270 que necesita- de Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
Y para complicar más el panorama y prestigio demócrata, en el peor momento llega el veredicto en contra del senador Bob Menéndez, quien ayer fue declarado culpable en una corte federal de Nueva York de 16 cargos de corrupción -entre ellos aceptar sobornos en oro y dinero en efectivo, además de actuar como agente del gobierno de Egipto- lo que pone “contra la pared” al partido en el poder y deja en entredicho su credibilidad.
Hoy, a 122 días de las elecciones, Joe Bien empieza a quedarse solo, es el aspirante a su reelección, pero no está en campaña por conseguirlo, está en medio de una lucha interna dentro de su partido -con una gran oposición- por mantener la nominación y ha dejado de ser el candidato en el sentido figurado, mientras Trump disfruta de una real resurrección.
¿Usted, qué opina?