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Biden la autoridad, Trump el poder de la polarización

La elección en Estados Unidos tendrá una enorme repercusión en el mundo. Biden abandera en su país a quienes resisten a un gobierno que ha atacado las bases de la tolerancia y la libertad que ha caracterizado a los Estados Unidos como un líder global. Desde fuera, el mundo expectante observa cómo aquella nación toma una decisión que cambiará la correlación internacional en muchos sentidos: desde las relaciones entre Occidente y China, pasando por el futuro de la OTAN y la lucha contra el cambio climático. Para México el resultado es un hecho fundamental para su futuro económico y político. El triunfo de Biden significará un cambio en la política migratoria, un fortalecimiento del multilateralismo y la atención al cumplimiento de los compromisos, especialmente los laborales y ambientales derivados del TMEC, y además, el replanteamiento del esquema de coordinación y colaboración en materia de seguridad.

Un ejército de abogados se apresta a dar la batalla legal en torno a disputas sobre los votos por correo, la instalación de mayor número de centros de votación o hechos de intimidación o incluso violencia que pudieran presentarse. Si para la medianoche del martes Biden tiene una ventaja magra, se perfila un clima de incertidumbre y agitación en las próximas semanas. Los demócratas necesitan un resultado claro con una ventaja amplia en el colegio electoral y que las elecciones de la Cámara de representantes y del Senado les favorezcan. Trump  requiere una perdiendo, que la elección sea cerrada para iniciar una ofensiva que cuestione el resultado. Los republicanos hasta ahora han sido disciplinados con los lineamientos de la campaña del Presidente, pero otra cosa sería un cuestionamiento sistemático o apoyar la falta de reconocimiento del resultado como muchos especulan que haría Trump. Los mercados, que tienden a descontar hechos inminentes ya muestran una baja pronunciada quizá considerando los nubarrones de un proceso confuso en caso de un resultado muy cerrado.

Según la inmensa mayoría de los estudios de opinión, la elección se decidirá en los estados de Pensilvania, Florida, Georgia, Arizona, Michigan, Iowa y Wisconsin. En casi todos tiene ventaja en las encuestas Biden por lo que si los estados más grandes por su peso electoral, Florida y Pensilvania son ganados por los demócratas la elección parecería definida, siempre y cuando la diferencia en votos sea clara. Hasta ahora ya han votado más de 90 millones de personas y se espera que la participación supere los 150 millones de sufragios, marcando un hito.

Nunca como ahora la división interna y el cultivo de sentimientos de separación han permeado en la opinión pública de Estados Unidos, y en buena parte del mundo. Por eso quizá, como nunca antes, también aquí nos mantenemos atentos al proceso través de los medios de comunicación y las redes sociales.

Biden se perfila como ganador de la contienda política, Trump apunta a resistir mediante argucias hasta donde el establecimiento republicano le permita en el caso de una derrota. La democracia estadounidense está a prueba ante los ojos del mundo. Esperemos que el proceso y el resultado fortalezcan la confianza en las instituciones y que la incertidumbre se disipe en poco tiempo. La oportunidad de relanzar nuestra relación con Estados Unidos sobre las bases del respeto y colaboración estará abierta si Biden gana con claridad, en caso contrario, continuará el proceso de resistencia activa que hasta la fecha se ha librado con habilidad y enorme desgaste.

Con la llegada de Biden habrá terminado una etapa de desprecio a los aliados y amigos de los Estados Unidos y se iniciará una oportunidad para reconstruir la confianza y los mecanismos de coordinación y colaboración, que en caso de México, son indispensables para beneficiar a la sociedad mexicana de la integración regional. En todo caso siempre será mejor lidiar con la autoridad que con el poder polarizante de la demagogia.

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