Ideas

Bailamos al son de AMLO

Hagamos un ejercicio de imaginación. Cómo habría sido el sexenio sin las mañaneras de AMLO. ¿Tendría el 66 por ciento de aprobación? ¿Qué pensaríamos de su Gobierno? ¿Qué temas destacarían los medios? ¿Cuál sería el debate público cada día?   

En el marco de la FIL entrevisté a Pablo Iglesias, ex político, periodista y fundador del partido Podemos en España. El líder de izquierda planteó una idea provocadora: sin el poder mediático el éxito político es imposible. 

AMLO lo entendió bien y antes que todos desde su mítica mañanera en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento como jefe de Gobierno. Así le disputó la agenda al Presidente Fox. 

Sorprende nuestra inocencia. AMLO controla la agenda mediática y el debate público con timing y soltura. El viejo juego del conejo y la zanahoria. Sus críticos, medios y opositores, son el conejo. Y la zanahoria son sus palabras que perseguimos con histeria. 

Un ejemplo es el cobro de piso en Texcaltitlán, Estado de México, que terminó con un enfrentamiento entre delincuentes de “La Familia Michoacana” y pobladores hartos de las extorsiones. 

Este es un caso de gobernanza criminal y pérdida del territorio. Ocurre de manera silenciosa. Según denuncias de pobladores, el cobro de piso data de diez años atrás. ¿En cuántas zonas del país se replica? Guerrero, Michoacán, Sonora, Jalisco… 

El consultor y politólogo Armando Vargas Hernández escribió un interesante ensayo en Nexos titulado: “Por esto, sí, y por aquello, también: la reducción del homicidio doloso a nivel local en México”. El análisis plantea una hipótesis: el homicidio doloso ha disminuido este sexenio gracias a arreglos pacíficos entre criminales y al control de los cárteles en regiones enteras del país. Es de suponer que parte de esa paz tiene un costo -derecho de piso, extorsión- para los pobladores. 

Este tema empezó a crecer en los medios cuando AMLO, con un reflejo insuperable, declaró el lunes que analizaba enviar una iniciativa para desaparecer los organismos autónomos federales. Así desvió la conversación pública de Tenamaxtlán hacia una iniciativa inexistente e inviable. 

En mi monitoreo de noticias me sorprendió cómo Texcaltitlán perdió presencia y cobertura para dar espacio a los “análisis críticos” sobre la propuesta de AMLO. ¿Qué analizamos si ni siquiera existe una propuesta? 

El señuelo es obvio. El debate sobre la desaparición de los organismos autónomos es un terreno seguro para AMLO. Crispa a sus opositores que se encierran en una cámara de eco a debatir un tema que los seguidores del Presidente identifican como una reacción conservadora. 

En una metáfora boxística, López Obrador lleva al rival a su esquina para desgastarlo con movimientos de cintura que logran esquivar los golpes. El manejo mediático de la crisis en Texcaltitlán ha sido un triunfo para el Presidente. Y ni siquiera nos dimos cuenta. 

Desde hace cinco años, y contando, todos bailamos al son de las mañaneras. 

 jonathan.lomeli@informador.com.mx

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