Ay, Jilotlán
Lo que vivimos en Jilotlán de los Dolores, Jalisco, no tiene precedentes. De entrada en esta elección sólo se registraron los candidatos a munícipes de Morena, Movimiento Ciudadano y Acción Nacional. Esto debido a la inseguridad.
Pero en plena campaña, se bajaron de la contienda las aspirantes de MC y el PAN -llama la atención que las fuerzas políticas postularon a mujeres en esa zona caliente-. Ahora el dilema es que sólo compite un candidato, el de Morena, y el resultado es evidente.
El IEPC Jalisco decidió declararse incompetente para anular la elección en esa demarcación como pidieron los partidos políticos. La decisión fue que una vez llevada a cabo la elección, y cuando se vean impedidos de constituir el ayuntamiento, el IEPC Jalisco consultará al INE y al Congreso estatal sobre qué procede.
Los especialistas dicen que deberá anularse la elección, cosa que decidirá un tribunal, para realizar una nueva contienda. Como si fuera tan fácil. Lo de menos es organizar una nueva votación en ese poblado; lo difícil es garantizar seguridad. Mientras eso no ocurra, Jilotlán de los Dolores es tierra de nadie.
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Las maquinarias de la guerra sucia de los partidos políticos se están aceitando de cara al día de la elección. Y una de esas modalidades son las llamadas desde Call Centers a ciudadanos para denostar a algún rival.
En esta ocasión le tocó a Morena. Muchos ciudadanos han reportado en los últimos días llamadas para pedir el voto contra el partido en el poder y para lograr equilibrios en la Cámara de Diputados.
Lo que resulta inexplicable es que este tipo de llamadas, incluso la madrugada del día de la votación, son comunes en cada contienda y nunca hay sanciones contra los responsables. Porque detrás de esas llamadas, no es difícil inferirlo, hay dinero invertido que difícilmente pasa por la fiscalización de las autoridades electorales.