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Audacia... y otra cosita

Para atreverse con el bel canto -como para bailar La Bamba- se necesita un poco de audacia… y otra cosita. Esa “otra cosita” consta de una técnica depurada en grado superlativo -suma de facultades, estudio y ejercicio- y de la solera que dan los años.

Anabel de la Mora fungió como solista en el séptimo programa, último de la Primera Temporada 2019 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado, con un programa que incluyó tres joyas de la escuela belcantística francesa. La materia prima -la voz, la presencia escénica, las dotes interpretativas, las horas de vuelo ya recorridas- resplandecieron. El valor agregado que da el tiempo está en proceso, considerando que la soprano tapatía (semifinalista en Operalia-2016 y reciente debutante internacional, en Quito, como La Reina de la Noche, de La Flauta Mágica) tiene en la juventud -ese tesoro- un defecto que, ya se sabe, sólo se cura con los años.

Con Iván del Prado -cubano de origen, con residencia en Mississippi-como director huésped, la OFJ abrió la velada con Meditación, de Thais, de Massenet, e Iván Pérez, concertino del ensamble, como solista.

Ou va la jeune indoue -más conocida como La Canción de la Campana-, de la ópera Lakmé, de Delibes; Je suis Titania, de Mignon, de Thomas, y (tras la obertura La Scala di Seta, de Rossini) En proie a la tristesse, de Le Comte Ory, de Rossini, fueron las arias con que Anabel, a despecho de ciertas insuficiencias en los trémolos, compensados con la solvencia de sus agudos, hizo, con creces, la tarea, incrementada, en respuesta a las ovaciones del público -sala casi llena, como de costumbre- con dos encores.

Tanto en La Scala di Seta como en la Sinfonía No. 3 en Do mayor, Op. 52 (“La más querida y la más infortunada de mis hijas”, la llamó su autor porque no alcanzó el reconocimiento que él esperaba), de Sibelius, Iván Del Prado justificó su fama de “director enérgico y apasionado”. La destreza para acentuar crescendos y diminuendos, en La Scala di Seta, y para proyectar, sobre todo, la belleza químicamente pura del segundo movimiento (andantino con motto) de la sinfonía, fueron los detalles sobresalientes de su desempeño.

El programa, como de ordinario, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en el mismo recinto.

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