Atenco: tortura sexual contra las mujeres
La guerra y la barbarie en México se va extendiendo por incontables geografías. Ahora una geografía no evoca un pueblo, una montaña, una cascada, o una tradición, sino un horror. Atenco es una de estas geografías. El 3 y 4 de mayo de 2006 los tres niveles del Estado, con mandos de los tres partidos mas votados ordenaron uno de los hechos represivos más atroces de la historia reciente del país.
El presidente Vicente Fox (del PAN), el gobernador de Estado de México Enrique Peña Nieto (del PRI) y el Gobierno de Texcoco (PRD) ordenaron un operativo represivo con más de 2,500 policías. La represión se saldó con el asesinato de Alexis Benhumea y de Javier Cortés; decenas de heridos; 217 personas detenidas ilegalmente y torturadas durante. Entre las detenidas, 31 mujeres fueron torturadas sexualmente, algunas de ellas violadas. De esas 31 mujeres, 11 han mantenido una digna y valiente denuncia y una exigencia de justicia a 11 años de los hechos. Estos son sus nombres: Mariana Selvas Gómez, Georgina Edith Rosales Gutiérrez, María Patricia Romero Hernández, Norma Aidé Jiménez Osorio, Claudia Hernández Martínez, Bárbara Italia Méndez Moreno, Ana María Velasco Rodríguez, Yolanda Muñoz Diosdada, Cristina Sánchez Hernández, Patricia Torres Linares y Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo.
Sus denuncias de que fueron torturadas sexualmente por parte de policías estatales no fueron tomadas en cuenta en la justicia local y nacional. Tan es así que Fox se pasea impunemente y Peña Nieto dizque gobierna el país. No solo eso: han dicho que de considerarlo necesario, repetirían un operativo policial como el de Atenco.
Ante la negativa de justicia y ante la revictimización, las mujeres de Atenco decidieron denunciar y exponer al Estado mexicano, primero, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La demanda fue admitida en noviembre de 2011 y en 2015 falló que el Estado mexicano violó los derechos de las mujeres detenidas ilegalmente y torturadas sexualmente. Ordenó al Estado, además, reparar el daño. Pero el Estado mexicano no avanzó en acatar la recomendación por lo que la CIDH turnó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Coidh) en el 2016.
El pasado 16 y 17 de noviembre, cinco de las 11 denunciantes acudieron a la sede de la Coidh, en San José, Costa Rica donde presentaron de nuevo sus dolorosos y valientes testimonios. Los jueces escucharon estrujados cómo, luego de someterlas violentamente, mientras las llevaban a la penal estatal, las mujeres fueron agredidas y violadas sexualmente. Allá en San José, el representante de Peña Nieto, Miguel Ruiz Cabañas, dijo que el Gobierno mexicano está dispuesto a reparar el daño, pero ¿cómo lo hará si a la cabeza de ese Gobierno se encuentra el corresponsable de ordenar la represión general y la tortura sexual?
Pero, aunque no logren que el Gobierno se auto investigue, las mujeres de Atenco ya lograron algo muy importante: visibilizar la situación de guerra, represión y de tortura sexual que padece la sociedad mexicana, y en particular las mujeres. Como ha dicho Italia Méndez, una de las denunciantes: “Nunca fuimos víctimas, somos sobrevivientes, resueltas a cambiar el estado actual de las cosas”. Para conocer más de las mujeres de Atenco, ver el sitio La mirada sostenida creado por Liliana Zaragoza: https://miradasostenida.net.