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Arranque electoral convulso

Si no se tratara de un tema tan delicado y determinante para el futuro de la democracia y del país en general, la carcajada que el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) emitió al pie de un robusto árbol en su rancho en Palenque como burla de que Felipe Calderón y Margarita Zavala no lograron el registro de su partido político México Libre, bien podría tomarse como un buen chiste.

Pero como diría el propio tabasqueño, esa “arrogancia” desplegada para sugerirle a los Calderón que hagan lo que él, de convocar a movilizaciones pacíficas para lograr el registro y reprocharle al expresidente por enésima ocasión haberle “robado la presidencia” es, al contrario, un signo altamente preocupante de que el Presidente lejos de honrar su investidura presidencial manteniendo una postura imparcial a los fallos de la autoridad electoral, los festina como en este caso, o los condena como cuando le impiden invocar a la figura papal en su propaganda política.

Pero no sólo eso. Casi en la víspera del inicio formal del proceso electoral de 2020 y 2021, que será el más grande de la historia del país, AMLO aprovechó también para, además de fustigar al expresidente Calderón, volver a amagar al Instituto Nacional Electoral, al afirmar que ese órgano independiente “se haya acabado” si hubiera autorizado la creación del partido México Libre.

No por nada el lunes pasado en la ceremonia oficial de inicio de los comicios que llamarán el próximo 6 de junio a 95 millones de mexicanos a votar en 164 mil 550 casillas (8 mil más que en 2018) que atenderán millón y medio de funcionarios de casilla, para elegir más de 21 mil cargos de elección popular (500 diputados federales, 15 gobernadores, mil 63 diputados locales de 30 congresos estatales, y mil 926 ayuntamientos en 30 estados), el presidente del INE, Lorenzo Cordova, le respondió que la disyuntiva en el 2021 será la de refrendar la madurez de la democracia o acelerar la degradación de la vida pública, con la polarización y la intolerancia.

Por si esas desconfianzas fueran pocas, ese mismo lunes los gobernadores de 10 entidades (Jalisco, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Michoacán, Tamaulipas, Colima, Coahuila, Nuevo León y Guanajuato) rompieron con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y lanzaron fuertes críticas al centralismo del gobierno de la autollamada de la cuarta transformación.

Habrá que ver cómo se articulan y qué diferencias presentan ante las y los 22 gobernadores que permanecen en la Conago, pero de entrada es un signo más de la polarización que se provoca cada mañana con los discursos presidenciales desde la mañanera, donde ayer AMLO minimizó la decisión de estos mandatarios y la emprendió contra los intelectuales Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, a quienes cataloga como los intelectuales del conservadurismo. 

Así de convulso arrancó el proceso electoral que será de pronóstico reservado.

jbarrera4r@gmail.com

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