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Arkan, el asesino que compró un equipo de futbol 

Para Serbia, como muchas naciones de historias adversas, las derrotas son motivo de celebración nacional.

Cada 15 de junio -28 de junio del antiguo calendario juliano-, el país celebra la Batalla de Kosovo, que terminó con la invasión del poderoso Imperio Turco Otomano a la antigua Serbia medieval en 1389. La historia, con muchos matices legendarios, cuenta que un héroe serbio, Milos Obilic, hirió y mató al sultán turco Murad I. El héroe se convirtió en un santo patrono de la iglesia serbia, símbolo nacional de los nacionalistas, y su recuerdo ha seguido siendo continuo en una región fracturada por múltiples nacionalidades y guerras.

Seis siglos después, un club de futbol nombrado con el apellido del héroe medieval sería adquirido por Zeljko Raznatovic, mejor conocido como Arkan, un criminal de guerra y nacionalista serbio cuyas atrocidades al mando de la Guardia Voluntaria Serbia, un ejército conformado por muchos integrantes de los “tigres” o “Delije” -la facción más radical de hinchas del Crvena Zvzeda o Estrella Roja de Belgrado- provocaron conmoción mundial durante el conflicto bélico de los Balcanes en la década de 1990 por sus genocidios de tipo étnico.

Arkan, llamado así por uno de sus múltiples nombres falsos para evadir la justicia, era un criminal acaudalado apasionado por el futbol. Al no poder comprar el club de sus amores, el Estrella Roja, decidió comprar al FK Obilic a mediados de los noventa, en pleno desgarramiento de la antigua Yugoslavia.

Deportivamente, el equipo tuvo éxito al ganar la Liga yugoslava en la temporada 1997-1998, mediante el acaparamiento de los mejores jugadores del campeonato local y la intimidación a árbitros y jugadores rivales por parte del propio Arkan y sus seguidores.

Por ejemplo, amenazaban de muerte a los contrincantes encerrándolos en los vestidores y apuntándoles con pistolas en la cabeza. Se llegó al límite de que, en un partido, los futbolistas del Estrella Roja se negaron a ir al vestidor en el medio tiempo por miedo de recibir las amenazas de Arkan. En un partido definitorio de Liga contra el Partizán, los rivales dejaron ganar al Obilic -ni siquiera tiraron a puerta- a cambio de ganar la Copa de Yugoslavia.

El dinero con el que Arkan y su esposa, la cantante Svetlana Raznatovic “Ceca”, mantenían al FK Obilic, procedía de la carrera criminal del primero.  Aunque de oficio pastelero, Arkan protagonizó muchos robos a bancos y joyerías por toda Europa, y durante la guerra de los Balcanes, comerció con armas, secuestros y negocios propios del crimen organizado y el mercado negro.

Buscado por la Interpol y los países occidentales de Europa, Raznatovic representó un problema para la UEFA y, aunque el FK Obilic jugó partidos europeos contra el Bayern Munich y el Atlético de Madrid, el máximo organismo europeo intentó vetar al club, lo que llevó a Arkan a planear un atentado contra su presidente, Lennart Johannsson, el cual nunca se llevó a cabo.

Buscado por el Tribunal Penal Internacional de La Haya de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para enjuiciarlo por sus crímenes de guerra, el aliado del presidente serbio Slobodan Milosevic murió asesinado en enero de 2000 por venganzas del crimen organizado del cual había obtenido su inmensa riqueza. El FK Obilic declinó deportivamente hasta desaparecer y su esposa “Ceca” fue encarcelada momentáneamente en 2011 por operaciones ilícitas procedentes de la venta de futbolistas del equipo.

Así terminó la historia de Arkan y sus negocios criminales a la sombra, pero su biografía sigue siendo un llamado de atención para alejar el mundo de la guerra del balompié. 

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