Ideas

¿Arde el Bosque de Chapultepec? II parte. Una carta abierta por el Bosque

El siguiente texto es una carta de emergencia, escrita después de la reunión que se menciona en el texto. Por lo tanto la única adhesión expresa a esta redacción es la de quien esto escribe.


Maestra Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura del Gobierno de México

Doctora Claudia Sheimbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México

A la opinión pública


Los abajo firmantes agradecemos mucho nos haya convocado este pasado lunes 7 de diciembre del presente año a una reunión por zoom para pedir nuestra opinión en relación al proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura.

De entrada, es necesario decir que el Bosque de Chapultepec es un patrimonio no solamente de los capitalinos sino de todos los mexicanos. Y esto da medida de su trascendencia.

Conscientes de la preocupación de la comunidad cultural en torno a la pertinencia de este proyecto, creemos que sería bienvenido ante la opinión pública y visto con buenos ojos, ajustar o corregir los alcances del proyecto, lo que mostrará la sensibilidad en nuestro gobierno, frente a una comunidad que se ha visto vulnerada por recortes presupuestales agravados por la pandemia que estamos viviendo.

En este sentido, nuestras recomendaciones tienen sólo la intención de fortalecer la figura y liderazgo de la Secretaría, ya que existe una demanda popular para reconsiderar el proyecto. No creemos que éste deba de cancelarse, pero sí consideramos oportuno advertir sobre aspectos del proyecto que encontrarán resistencia de la opinión pública, y por lo cual es prudente revisar por adelantado.

Los abajo firmantes hemos coincidido en identificar lo siguiente:

1.- En la Primera Sección de Chapultepec existe una sobreoferta cultural, es decir, son tantos los museos e instituciones ya existentes, que es raro encontrar una persona que pueda acceder a toda la oferta.

2.- Coincidimos que el objetivo del proyecto debe ser conectar y potencializar la infraestructura existente, pero no debe agregarse a dicha primera sección un metro más de construcción de edificios o de infraestructura cultural que luego tenga que ser programada.

3.- El error de muchos sexenios ha sido construir hardware (edificios) y luego carecer de software (presupuesto y material para mantenerlos activos). Por lo que es comprensible que habrá una gran resistencia a la generación de nuevos espacios, mientras que los que existen son empujados a una situación de precariedad.

Nuestra recomendación en concreto consiste en eliminar del plan maestro el Pabellón de Arte Contemporáneo y el Cubo Acústico de la Primera Sección. Encontramos especialmente problemático que se quiera traer a un arquitecto extranjero para proyectar el pabellón, ya que esa actitud también está en contradicción con los presupuestos ideológicos de la cuarta transformación. Resulta inclusive irónico hacer una representación del México de hoy, realizada por un arquitecto extranjero haciendo una cajita de cristal, que bien podría estar en cualquier otro país y que no mantendría ningún diálogo con el vocabulario local o con el entendimiento de los materiales y el contexto mexicanos.

Nos parece un acto colonialista y neoliberal seguir creyendo que necesitamos la legitimación de un proyecto, y que esta objeción es un sentimiento ampliamente compartido. A lo cual hay que agregar que el proyecto en sí es un despropósito, ya que no responde a ninguna necesidad, y que la interpretación que tendrá no será otra más que un mausoleo para Gabriel Orozco.

Creemos que existe una importante tradición de los artistas en México en hacer sus museos, ejemplos de eso pueden ser el Anahuacalli de Diego Rivera; el Polyforum, la Tallera y la SAPS por Siqueiros; otros ejemplos como el Museo José Luis Cuevas, el Museo Felguérez o el Federico Silva, los cuales fueron promovidos con recursos de los artistas con ayuda del Estado. Si Gabriel Orozco quiere hacerse un Museo, no solamente debería no cobrar, sino también aportar recursos, ya que no se justifica que se le ceda una parte de Chapultepec para este propósito: la iniciativa, en sí loable, debería de ocurrir en otro terreno.

En la tercera sección creemos que está bien la idea de crear mejores accesos para las colonias aledañas al bosque y que en las distintas secciones se hagan trabajos de reforestación y conservación ambiental. Sin embargo, también hay una realidad: es una sección en la cual no existen vías de acceso de transporte público, por lo que es cuestionable la inversión respecto al posible impacto.

A la par consideramos que muchos votaron por una administración cuyo propósito consistía en llevar la cultura a donde no existe, porque creen en la cultura como un factor central de desarrollo social. Es disonante el hecho de centralizar los recursos, mientras que tanto se ha hablado de descentralización.

jpalomar@informador.com.mx

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