Arde de nuevo Ocotlán
Mientras las intervenciones de militares y policías estatales a las comisarías de seguridad de los conflictivos municipios de Teocaltiche y Encarnación de Díaz en la región Altos Norte del Estado en octubre habían dado una relativa tranquilidad a sus habitantes, ayer la violencia generada por los grupos del crimen organizado volvió a estallar en Ocotlán, municipio enclavado en la zona de la Ciénega, donde al menos desde hace una década hay claros síntomas de ser también otro narco-territorio.
Ayer pusieron en jaque no sólo la cabecera municipal, donde al parecer inició un enfrentamiento entre células de grupos delincuenciales, sino en comunidades aledañas de los municipios de Ixtlahuacán y Jamay, en los que ocurrieron bloqueos con tráileres para obstaculizar y retardar la llegada de refuerzos a Ocotlán, luego de que agredieron también a elementos de la Guardia Nacional y la Policía estatal, dejando herida a una uniformada de la corporación federal.
Reaparecieron con convoyes de camionetas con sicarios fuertemente armados y los camiones con blindaje artesanal conocidos como “monstruos” que pusieron nuevamente en riesgo a la población y trastocaron sus rutinas.
Fue tal la movilización policial que inició antes del mediodía que la Universidad de Guadalajara suspendió actividades en el turno vespertino del Centro Universitario de la Ciénega, sus módulos y las nueve preparatorias que operan en la región.
Los sobresaltos de violencia causados por los grupos de la delincuencia organizada no son cosa nueva en Ocotlán y siempre recuerdan la historia de la venganza policial ocurrida en el Rancho El Sol en Tanhuato, Michoacán, en la zona limítrofe con Jalisco el 22 de mayo de 2015, cuando se hicieron justicia por propia mano por el asesinato de cinco elementos de la recién creada Gendarmería dos meses antes en la cabecera municipal, con la muerte de los “42 Guerreros” como los recuerdan sus familiares en Ocotlán.
Apenas en abril pasado presuntos integrantes del cártel Nueva Generación, con pertrechos paramilitares con sus insignias de las cuatro letras y fuertemente armados, desfilaron por las principales avenidas de la cabecera municipal escoltados por lujosas camionetas y motociclistas, exhibiendo a tres hombres señalados de ser ladrones.
Las patrullas de la Policía municipal nunca llegaron a detenerlos por usurparles su función, como tampoco lo hizo alguna patrulla estatal o alguna otra de la Guardia Nacional, que tiene ahí una base operativa.
Ni las intervenciones que se han hecho a la Policía municipal de Ocotlán, ni las alternancias políticas en los gobiernos en este municipio, o los operativos del Gobierno federal que se han implementado en esta región desde el sexenio pasado han logrado extirpar el cáncer del crimen organizado que ayer volvió a causar estragos en esta región de Jalisco que está cerca de los límites con Michoacán. Ahí tocó ayer el desafío del día del narco al Estado mexicano.
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