Apreciar lo que es el arte de la defensa personal
A Nonito Donaire lo publicitaron mucho tiempo como sucesor de su paisano Manny Pacquiao. De puños centelleantes y pegada fulminante, ganó peleas con nocauts explosivos. Con esa espectacularidad, se convirtió en referente de la actual escuela boxística filipina, sus ataques, casi en su totalidad, los dirigía a la cabeza del adversario, con raquítica estrategia, sin riqueza en repertorio, no explotaba el gancho al hígado por ejemplo, existía la posibilidad latente de quedar al descubierto su pobreza por falta de recursos siempre en su siguiente pelea. Con una derrota en 32 compromisos, el electrizante Nonito fue finalmente detenido por el calculador Guillermo Rigondeaux en Nueva York en 2013, el cubano que llegaba invicto, unificó su campeonato mundial súpergallo AMB al conquistar el súpergallo OMB del asiático, quien inició descenso en su cartel. Una miniatura al lado de Pacquiao.
Rigondeaux, de 39 años, con boxeo técnico, es dos veces medallista olímpico, oro en Sidney 2000 y Atenas 2004, basa los triunfos de sus peleas en ganar round por round, estilo considerado aburrido por algunos aficionados, lo quieren convertido en boxeador rupestre, de toma y daca desde el primer campanazo.
Cerebral el antillano, actuaciones que le han sumado público, para admirarlo o para verlo perder, negocio redondo, así construyó un imperio Floyd Mayweather Jr.
Rigondeaux no debió aceptar la pelea con Vasyl Lomachenko, se celebró en Nueva York en 2017. Subió de la categoría súper gallo a súper pluma, ofreció muchas facilidades, perdió. Con menor talla fue borrado en combate desigual. Esto es un negocio.
Después de más de un año inactivo, reapareció para ganarle a Giovanni Delgado, después a Julio Ceja. Mañana en Allentown, Pensilvania, disputa el campeonato mundial gallo AMB vacante al venezolano Liborio Solís, a quien debe ganar.
El periodista Raúl de la Cruz reunió en la FIL, debió ser en 1999, a José Sulaimán, al cronista “Sonny” Alarcón, al “Húngaro” Alberto Martínez, a Ricardo “Finito” López, entre otros. “Sonny” Alarcón dijo aquella tarde: “No todo es salvajismo en el boxeo, el más claro ejemplo es Ricardo López, por contraste la gente paga más por brutalidad y violencia, que boxeo científico, y cuando se combina inteligencia con fuerza, como lo hace Ricardo, el boxeo adquiere una esencia muy especial, se olvida lo grotesco, lo salvaje, lo brutal, lo violento, para apreciar lo que es el arte de la defensa personal”.
Y por ahí estaré atisbando.