Andy y Bobby
En una muy difícil posición colocó Andrés Manuel López Obrador a sus hijos: tener que redactar una carta para deslindarse de señalamientos de corrupción, nepotismo, conflicto de interés, asociación delictuosa y una serie de presuntas ilegalidades en que habrían incurrido a lo largo del actual sexenio bajo la administración de su padre, el presidente de la República Mexicana, y que algunos medios de comunicación han sacado a la luz en diversas investigaciones donde se les relaciona con “El Clan” o la red de “Amigos de Andy”.
Fueron Andrés y Gonzalo, o como se les identifica también, “Andy” y “Bobby”, quienes firmaron la misiva entregada al periódico favorito del actual Gobierno, La Jornada.
En una muy larga carta, los dos hijos mayores negaron haber cometido los actos que se les imputan. Afirman que no existen pruebas en su contra.
Fue el pasado 4 de abril durante la conferencia matutina (la famosa mañanera) que el Presidente comprometió a sus hijos a alegar en su defensa. En la “Carta Abierta”, que fue como el medio de comunicación tituló la misiva que colocó en su primera plana, se plasma el enojo de los hijos de AMLO en contra de la prensa y particularmente contra Latinus, El Universal y The New York Times, a los que acusan de publicar información sin sustento, así como a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
“Ninguna de las calumnias y acusaciones en nuestra contra ha sido acompañada de pruebas que las sustenten”, señalaron Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel López Beltrán, hijos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en su mensaje a la opinión pública.
De acuerdo con La Jornada, denuncian que tales aseveraciones “han estado basadas en supuestos, dichos de terceros, espionaje a terceros, conjeturas, redacción tendenciosa y editorialización de la ‘información’ con la que han tratado de involucrarnos en fantasiosas historias que pretenden dañar nuestra imagen pública y honorabilidad”.
El acoso y la persecución sufrida por su padre durante toda su carrera política, dijeron, “se extendió a nosotros, haciendo que desde niños nuestra vida tuviera dificultades que otras personas no suelen padecer”.
En su misiva, los hermanos López Beltrán desmenuzaron seis señalamientos en su contra formulados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, el portal Latinus, el rotativo estadounidense The New York Times y el diario mexicano El Universal, señalamientos que han sido retomados por sectores y figuras de la oposición política y por medios adversos al Gobierno actual y que “vienen de gente de dudosa respetabilidad y probados vínculos con la corrupción política”.
Las versiones refutadas por los hijos del Mandatario se refieren a un pretendido tráfico de influencias y a supuestos hechos de corrupción en un contrato para la construcción del malecón de Villahermosa (divulgado por MCCI y Latinus) y que éste habría quedado incompleto; a una supuesta gestión de contratos a favor de la empresa Romedic con Petróleos Mexicanos, el extinto Insabi y los gobiernos de Tabasco y Quintana Roo; a la insinuación de que estuvieron involucrados de alguna forma en la compraventa de un terreno ubicado en la refinería de Dos Bocas a un precio menor al de su valor comercial (autoría de MCCI) y al señalamiento -construido con “intervenciones telefónicas ilegales hechas a terceras personas”- de que hubo una red de corrupción en torno a unas concesiones mineras en Oaxaca para la explotación de balasto destinado a la construcción de las vías del Tren Maya y del Tren Interoceánico; todas éstas, versiones originalmente difundidas por MCCI.
En esta misiva, los hijos del Presidente mencionaron que son la primera familia presidencial que no recibe ningún apoyo económico del presupuesto de la Presidencia de la República.
“Decidimos ser la primera familia presidencial que trabaja para lograr su sustento, tal como lo hace la gran mayoría del pueblo de México. Nos sumamos al principio de que el Gobierno debe ser austero y sin dispendios”, mencionaron.
Declararon que en conjunto tienen un rancho de cacao y madera en Tabasco, producto de la herencia de su abuelo materno, así como un taller y tiendas de chocolate, mismos que les han garantizado el sustento de sus familias. “Todos nuestros ingresos provienen del sector privado”.
Y a todo esto, ¿qué dice Latinus?
Que “esta carta se hace pública sin que existan investigaciones ni respuestas formales del Gobierno sobre las graves acusaciones en contra de los hijos del presidente. En este sexenio, ni los funcionarios ni las dependencias involucradas han sido capaces de contestar a los reportajes sustentados con pruebas, audios y documentos oficiales.
Los hijos del Presidente López Obrador siguen sin responder, ¿cuánto dinero ha recibido su amigo Amílcar Olán en contratos del Gobierno de López Obrador, sus empresas y prestanombres?, ¿cómo le hizo Amílcar para volverse rico de la noche a la mañana?, ¿cuántas veces Amílcar se ha quedado a dormir en los departamentos de Andy y de “Bobby”?, ¿en la boda de Amílcar quiénes fueron los testigos y quiénes los padrinos?, ¿cuántas veces se han reunido a cenar con funcionarios de alto nivel en el restaurante Páramo de la Ciudad de México?, ¿cuántas citas le han conseguido a Amílcar con altos funcionarios, con generales del Ejército, con el equipo más próximo al Presidente?, ¿cuánto dinero han ganado sus primos Pedro y Osterlen Salazar Beltrán en contratos con Pemex y con el Gobierno?, ¿en este sexenio, cuántas veces ha estado Amílcar en Palacio Nacional?
Así las cosas, parece que la extensa carta de los hijos del Presidente no habría logrado su cometido, pues las preguntas continúan y las pruebas en su descargo siguen sin aparecer, mientras que Latinus y los otros medios de comunicación objeto de la furia de Andy y Bobby cuentan con contratos, y al menos 40 horas de grabaciones, así como diversas pruebas que, contrario a lo que dicen los juniors, sí se han dado a conocer a la opinión pública. De manera que, la disputa parece, la sigue ganando la prensa que el Gobierno desprecia.
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