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Anahí

“No te resistas a un asalto a mano armada”… decían; “entrega lo que te pidan”… decían; “no veas al asaltante a la cara”… decían; “no digas nada”… decían. Anahí, una joven de 21 años que trabajaba como cajera, siguió las instrucciones y aún así el asaltante le disparó sin dudarlo.

Es lamentable que la indolencia se abra paso entre los ciudadanos, que la impunidad brille cada día y que la vida de una persona tenga el valor del dinero que puede haber en la caja registradora de un establecimiento. 

El pasado 1 de julio las cámaras de seguridad de una reconocida farmacia en Uruapan, Michoacán, grabaron cómo dos sujetos armados entran encapuchados y con armas de fuego. El primero de ellos amenaza a Anahí con una pistola exigiendo el dinero de la caja registradora. El segundo amenaza a otra cajera que nunca aparece en la imagen del video que se viralizó en medios y plataformas. 

Anahí obedece. El asaltante está a unos cuantos centímetros de distancia. El sujeto se desespera y no deja de insultarla. Gritos y más gritos. Amenaza con dispararle si no se apresura. Ella obedece. El segundo asaltante hace lo propio en la otra caja registradora. 

Habían pasado sólo 20 segundos y el primer asaltante obtiene lo que pide. Anahí guarda la calma, está petrificada, pero aún así recibe un disparo en la cabeza y se desvanece. Ahora la segunda cajera tiene a dos asaltantes junto a ella. El primero parece que no va a herirla pese a los gritos, cuando obtiene el dinero el primer asaltante le dispara y salen corriendo. Se escuchan gritos de dolor.

Posiblemente las detonaciones alertaron a todos los que segundos más tarde se observan en las imágenes. Un hombre, al parecer de un negocio afuera de la farmacia, entra y pregunta si todos están bien; salen los empleados del fondo de la farmacia teléfonos en mano llamando a los servicios de emergencia. No hay gritos ni llanto, están en shock.

Eran las 20:10 horas del pasado 1 de julio y en tan sólo 30 segundos cronometrados en la cámara de seguridad un asalto cobra la vida de Anahí y hiere a otra joven que nunca aparece en las imágenes. 

Treinta segundos no son suficientes para que las autoridades o una ambulancia lleguen a brindar apoyo. Medio minuto es todo lo que se necesita para vaciar una caja registradora y arrebatarle la vida a una persona por los pocos pesos que ahí se encuentran. Por fortuna las autoridades lograron capturar a los responsables. Tres implicados en el asalto que pagarán por las consecuencias, pero que jamás podrán reparar el daño causado. 

Así son las cosas en este México donde cada día se registran más de 80 víctimas de homicidio doloso todos los días. De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer trimestre de 2024 se reportaron más de siete mil homicidios dolosos en el país; tan sólo en enero de este año se registraron cerca de siete mil carpetas de investigación por robo a negocios en México, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), lo que significó un incremento del 4.3% respecto del año pasado en el mismo periodo. 

De acuerdo a la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), al cierre de 2023 el robo a negocios en el país creció un 17% en este sexenio, al sumar casi 440 mil carpetas de investigación por ese delito. Números y más números, pero la inseguridad persiste.

No es de extrañar que en la encuesta de percepción de seguridad del Inegi publicada en abril, en la que participaron habitantes de 90 ciudades del país, el 61% de los encuestados considere que es inseguro vivir en su ciudad. Pocas veces nos detenemos a pensar que estamos expuestos a sufrir un ataque al salir del trabajo, al ir a la farmacia de la esquina, al súper o en la parada del autobús, pero es la realidad que vivimos cada día, en donde se normaliza la violencia y la impunidad gana la partida.

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