Amistad en juicio
El día de hoy Donald Trump recibe al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en lo que será su primera aventura como anfitrión de un líder foráneo en visita de Estado. El presidente francés no ha sido tímido en expresar su búsqueda para mantener una relación más cercana con Donald Trump, pero creo que hoy pueden manifestarse las posibles asperezas que amenazan su amistad. En la agenda que discutirán los líderes encuentro puntos críticos que pueden envenenar la relación: Rusia y las polémicas reformas comerciales que pretende implementar Trump son sólo un par de temas en los que no parecen encontrar terreno común.
Para Macron esta visita a los Estados Unidos cobra relevancia, ya que su aprobación como líder de su país está en los números más bajos desde que asumió la presidencia. Emanuel consiguió aplausos y respeto al tomar el liderazgo en Europa en las últimas semanas, pero necesita desesperadamente un viaje exitoso para cimentar su poder suave en el continente. Macron también admite que tendrá una relación franca y directa con Donald Trump, pero está consciente que sólo 14% de Francia aprueba la administración de los Estados Unidos.
En una caótica Casa Blanca y un presidente que es presa fácil para la parodia, soluciones prácticas a temas globales deben de solventar obstáculos sin precedentes. Macron debe exigir a Donald Trump que hable sobre las investigaciones con respecto a Rusia y su innegable influencia en elecciones alrededor del mundo, mientras Donald debe urgir a su contraparte sanciones a los magnates rusos que aportan los recursos para cometer los delitos. La postura del presidente francés sobre las decisiones unilaterales que ha tomado la administración actual es clara, los Estados Unidos deben permanecer en los tratados comerciales y militares. El que los Estados Unidos sea la única nación desarrollada en abandonar el acuerdo climático de París y el terminar el tratado con Irán son temas que deben ser discutidos.
En este entorno, consecuencia de una presidencia errática, pocas cosas sorprenden a los medios o al electorado, pero ésta puede ser la construcción de alianzas entre naciones que logre cambios fundamentales en la política mundial. Macron tiene el carisma mientras que Trump tiene la fuerza.