“Amar a los presidentes”
Recientemente se ha soltado una serie de demostraciones amorosas que tienen al señor presidente como receptor de esas muestras, lo que es una costumbre en un país tan barbero como es el nuestro y más si se trata del actual primer mandatario que es, hasta donde yo recuerdo, uno de los más queridos, como lo demuestra el alto porcentaje de gente que lo apoya en las encuestas de popularidad y que él mismo lo sabe y modestamente dice que es el segundo más popular del mundo, por lo que no hay duda de ello.
Pues se ha dado una alegata porque una presidenta municipal le besó la mano, lo que pareció molestar a algunos, lo que no es mi caso porque yo creo que es tradicionalmente una señal de respeto; más atrevida otra chica que dijo que quería ser “la perra del presidente”, sin que yo quiera saber si la oferente lo hizo por decir o si es un deseo real. Y aunque al señor presidente le puede dar algo de vanidad que se lo digan, no me parece correcto, cuando menos para la señora doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de nuestro primer mandatario, pero en fin, no sé cómo se llevan.
Peña Nieto tenía a una artista por esposa, era admirado por guapo y emparejado -real o falsamente- con no sé cuántas. Galán sí era, pero que yo sepa no decían abiertamente eso, porque más bien se burlaban de otras cosas, comenzando por su falta de memoria de los libros leídos; aunque últimamente se ha descubierto que, desmemoriado y todo, era un demócrata ejemplar, según lo ha establecido el actual mandatario.
Calderón es el enemigo preferido del actual presidente y de sus dichos no me acuerdo, con excepción de la declaración de guerra; no recuerdo si doña Margarita lo regañaba o no, pero como presidente es amado por muchos y aborrecido por otros tantos en proporciones muy semejantes.
Fox fue deslenguado y mandilón desde el principio, sujeto a la voluntad de la señora Martita, que decían era el poder tras el trono y que yo sepa no anduvo de galán, pero su incontinencia verbal le sigue hasta la fecha. Por su parte, Zedillo era un poco como la caca de perico, que ni huele ni hiede y lo cierto es que me acuerdo muy poco de él.
Y así los presidentes son amados y exaltados cuando están en la silla y ni quién los pele después, salvo porque a los últimos les ha dado por ir a lucir su riqueza a la madre patria y todos, absolutamente todos, se han ido cargados de fondos. Aunque creo que el actual presidente se irá cargado, no reconocerá más que doscientas lanas, su tarjeta de viejito y algún sobre amarillo le quedará, pero no irá a España porque no sé qué le hizo su abuelo español que le cae gorda esa tierra, aunque capaz que se contenta.
@enrigue_zuloaga