Alza de tasas e inflación: para los ahorradores, rendimiento negativo
¿Por qué no hablamos de las alzas de tasas de interés desde el punto de vista de los ahorradores? En México, hay alrededor de 100 millones de cuentas bancarias activas. Con ese número, se podría decir que somos un país de ahorradores. A la luz de las tasas de interés que obtenemos por nuestro dinero, podríamos decir que los ahorradores somos una multitud silenciosa y sufrida. Recibimos rendimientos negativos, porque obtenemos a cambio de nuestros depósitos tasas menores a la inflación. Si a alguien le sirve de consuelo, los mexicanos no somos los únicos que viven esa situación. En estos momentos de alta inflación, en casi todo el mundo, los ahorradores están igual.
Empecemos por Estados Unidos. La tasa de interés de la Reserva Federal está en el rango de 1.5 a 1.75%, con una inflación de 9.1 por ciento. El rendimiento es negativo en 7.5 por ciento. Para los ahorradores estadounidenses, esta brecha es la más grande desde la Gran Depresión. Recordemos que en 1981 tuvieron una inflación de 8.6%, pero las “compensaron” con tasas de la Reserva Federal que llegaron hasta 15.6 por ciento.
Vayamos a los países nórdicos. Son una referencia obligada en desarrollo humano, prosperidad y competitividad. Dinamarca tiene inflación de 8.2%, con tasas de interés del Banco Central de -0.60 por ciento. Leyeron bien. Allá, al igual que en Japón y Suiza, el banco central cobra por guardar el dinero, no paga. En Dinamarca hay un rendimiento negativo de 8.8% anual. Podemos continuar el recorrido en Suecia. Allá, el Banco Central paga tasas de interés positivas, pero es apenas 0.75%, mientras que la inflación es de 7.3 por ciento.
El mayor desbalance entre las tasas activas y pasivas se encuentra en Turquía. Para una inflación de 78.6%, el Banco Central tiene una tasa de 14 por ciento. A los ahorradores se les ofrece una pérdida de 64.6% en su poder adquisitivo. Cabe aclarar que Turquía es un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en más de un sentido es una potencia media. Para fines de política monetaria, es importante destacar que cuenta con un hombre muy ocurrente al frente del Gobierno. El señor Recep Tayyip Erdoğan decretó que bajar las tasas de interés es una buena estrategia para combatir la inflación. En el momento en que puso en marcha sus teorías, hace un par de años, Turquía tenía una inflación menor a 20 por ciento.
Entre las 40 economías más importantes del mundo, sólo hay cuatro que están ofreciendo tasas de interés positivas. Se trata de Brasil, China, Hong Kong y Arabia Saudita. De estos, vale la pena poner atención al caso de China, porque se trata de la segunda mayor economía del planeta, pero además porque es uno de los pocos países que se está moviendo en sentido contrario a la corriente. Su Banco Central ha bajado la tasa de interés de referencia, en vez de subirla. Está en 3.70%, con una inflación de 2.5 por ciento. En el póker de casos con tasas de interés positivas, Brasil es el único que batalla con inflación de dos dígitos, 11.9 por ciento. El Banco Central de Brasil paga tasas de 13.25 por ciento.
Después de este largo periplo por el mundo, volvamos a México. El Banco de México paga una tasa de 7.75%, con una inflación de 7.99 por ciento. El Banxico ha subido nueve veces la tasa de referencia, desde marzo del 2021, cuando estaba en 4.00 por ciento. En ese mismo periodo, la inflación se movió de 4.65 a 7.99 por ciento. En estos 17 meses, tan importantes en materia de inflación y decisiones de los bancos centrales, las tasas han subido más rápido que la inflación.
Hablando de ahorradores, ¿se vale tomar como referencia las tasas que paga el Banco Central? En México, la inmensa mayoría de personas que tiene una cuenta de banco no recibe un rendimiento cercano al 7.75 del Banxico. Basta decir que sólo hay alrededor de 3 millones de cuentas que son depósitos a plazo en el sistema bancario. La especie predominante entre los ahorradores es aquella que tiene cuentas de disponibilidad inmediata, que no generan intereses. Para dar cuenta de un escenario más complejo, podemos incluir los cientos de miles que tienen cuentas de Cetes Directo y un nuevo grupo de ahorradores/inversionistas que ha puesto su dinero en fondos de renta variable, a partir de cantidades mínimas. El problema es que este año, esas inversiones pierden mucho más de 20 por ciento.
En los próximos meses, los banqueros centrales y los bancos estarán en el escenario principal, con los reflectores y los micrófonos. ¿Por qué no hablamos más de los ahorradores? Con suerte, algunos de ellos serán los únicos beneficiarios de las alzas de tasas de interés que vienen.
lmgonzalez@eleconomista.com.mx