Alfaro vs Padilla, un conflicto en muchos frentes
¿Hasta dónde puede escalar el conflicto entre el gobernador Alfaro y el líder del grupo político de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla? La pregunta está presente en los dos bandos. Ambos se preparan para una guerra larga y con consecuencias políticas importantes.
Enrique Alfaro está convencido de que el momento para atacar a Padilla y reducir su poder político es ahora, cuando hay un presidente que tiene la misma visión. Una parte es sin duda visceral, hay enojo por el rompimiento del acuerdo electoral (hay que aclarar que para Alfaro “rompe” todo aquel que le dice No) y una larga historia de agravios que él considera personales. Pero si algo tiene el gobernador de Jalisco es un instinto político desarrollado que se sobrepone al carácter caprichoso que suele mostrar. Cuando de decisiones políticas se trata rara vez se equivoca. Los círculos cercanos al gobernador hablan de una estrategia de seis golpes, el primero fue la reducción del presupuesto al Museo de Ciencias Ambientales, el segundo el desalojo de la FEU del predio de Huentitán, otro más será sin duda el apretón presupuestal en el Congreso, donde la UdeG quedó descobijada. La pregunta por supuesto es si uno de los siguientes golpes incluye tocar en lo personal a Raúl Padilla a través de un acuerdo con la Unidad de Inteligencia Financiera o la Fiscalía General de la República, los brazos persecutores de López Obrador.
Del otro lado la Universidad se prepara para la batalla. Saben que su principal aliado es el tiempo, pues cuanto más se acerquen las elecciones más se debilita el inquilino de Casa Jalisco. Pero a diferencia de otros conflictos y otros oponentes, Padilla no subestima a Alfaro. En el entorno del grupo político universitario han considerado incluso el escenario de una persecución penal contra Raúl Padilla, tal como sucedió ya contra el cacique de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Gerardo Sosa, y se preparan para ello.
El grupo universitario y su partido Hagamos está trabajando una alianza con los partidos tradicionales, PRI, PAN y PRD para desplazar a Movimiento Ciudadano
La batalla se librará en muchos frentes: en la calle (en cuanto lo permita la pandemia), en el Congreso, en la opinión pública, en los juzgados y también en las urnas. El grupo universitario y su partido Hagamos está trabajando una alianza con los partidos tradicionales, PRI, PAN y PRD para desplazar a Movimiento Ciudadano. El candidato sería nada menos que el rector Ricardo Villanueva, que en alianza podría ser muy competitivo: en la última elección los cuatro partidos sumados obtuvieron cerca de 30 por ciento de los votos frente a 32.5 de MC. Entre los naranjas hay quienes se inclinan por negociar, pues saben bien que cuando dos elefantes se pelean la tierra queda yerma.
diego.petersen@informador.com.mx