Alfaro, primer strike
El primer refundido de la refundación fue el Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM) y con ello Enrique Alfaro tuvo ya su primer desencuentro formal con una parte importante de su base de votantes. La desaparición del IJM le está saliendo más caro de lo imaginado. Hay problemas graves en la forma, pero sobre todo de fondo.
Antes de tomar posesión el gobernador quiso hacer la reforma para desaparecer el Instituto y que dichas funciones las asumiera la Secretaría de Inclusión Sustantiva. Hubo una fuerte oposición incluso de gente cercana y en un video, cuyo tono regañón fue ampliamente comentado, el entonces gobernador electo dijo que escucharía a las mujeres, pero que no tenían razón. Vamos a suponer que el tono es lo de menos, que no es sino una forma de expresarse del gobernador, pero el albazo del martes en el Congreso, para evitar protestas según dijo el líder de la bancada naranja, Salvador Caro, es una pésima señal: rehuir el debate para no escuchar los argumentos no es para nada una nueva forma de hacer y entender la política como presumen los emecistas.
Enrique Alfaro ganó su reforma, pero perdió la confianza de una parte importante de la opinión pública
Si la forma es mala el fondo es mucho más grave. Desde que se presentó el proyecto de desaparición del IJM las mujeres pusieron sobre la mesa un argumento que desde mi punto de vista nunca fue respondido cabalmente por ningún miembro del Gobierno o diputado: la agenda de igualdad de género no puede empatarse con la agenda de minorías; son asuntos distintos que requieren una atención distinta por parte del Estado. Decidieron solo maquillarla, nombrarla Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, pero se perdió la autonomía que tenía el Instituto. Eso no lo entendieron o no quisieron entenderlo los diputados de MC y sus nuevas comparsas: PRD, Verde y PT. Me extraña particularmente el voto de siete mujeres (seis de MC y una del Verde) que prefirieron la obediencia a por lo menos discutir el tema con las organizaciones civiles. La ausencia de la oposición (PAN, Morena y PRI) en la votación hizo aún más evidente y vergonzosa la línea.
Después de una semana en que el gobernador había mostrado músculo con el apoyo del sector empresarial, el del martes es un error de esos que en el tenis se conocen como no forzados; fue producto de la soberbia de un equipo sobrado. Enrique Alfaro ganó su reforma, pero perdió la confianza de una parte importante de la opinión pública. Como todos los gobiernos éste también tenderá a minimizar el asunto, a decir que es una minoría ruidosa y sin importancia la que se opone a los cambios de la refundación. Nada que no hayamos escuchado de otros gobiernos que así, poco a poco, fueron perdiendo su credibilidad y sus votos.
Primer strike del equipo de Alfaro.
(diego.petersen@informador.com.mx)