¿Alemania puede competir contra China?
El presentador británico James May, de Top Gear y luego The Grand Tour, decía que muchas marcas echaban a perder sus autos cuando intentaban hacerlos capaces en Nürburgring. De cierto modo tenía razón, porque esos autos se volvían muy capaces en un circuito, pero una tortura para ser manejados en la calle. Sin embargo, el circuito alemán de más de 20 kilómetros de extensión, sigue siendo referencia para el desarrollo de vehículos y Porsche ha sido la reina en su casa, pese a uno que otro auto extranjero que, momentáneamente, se hacía de la corona. Ahora, tal vez las cosas, tal vez, estén cambiando.
Uno esos foráneos en buscar la gloria en Alemania fue el Tesla Model S Plaid, que logró un tiempo de 7:35.58 minutos; fue el eléctrico más rápido a principios de este año.
Con la supremacía germana en juego, Porsche volvió con un Taycan y bajó ese tiempo a 7:07.55 minutos. Pero ahora un auto con nombre de celular, fabricado por una empresa que produce celulares, hizo lo propio en 6:46.87 minutos. Se trata del Xiaomi SUV 7 Ultra Prototype.
Sí, Porsche aún detiene el récord histórico del circuito con 5:19.546 logrado con un 918 prototipo, hecho especialmente para eso e ilegal para las calles. También posee el récord de un auto legal para las calles, con el 911 GT2 RS. Pero seguramente no están nada felices con lo que acaba de hacer Xiaomi y probablemente preparen una respuesta que supere lo hecho por el deportivo chino con sus mil 548 caballos de fuerza.
Más allá de lo rápido que pueda ser un chino, un estadounidense o un alemán en el llamado “infierno verde”, lo interesante aquí es observar lo que pasa con la tradicional supremacía de las marcas alemanas.
Mercedes-Benz por muchos años fue la referencia de calidad, lujo y manejo, pero hoy vive de su imagen más que de sus productos y no es raro ver las calificaciones hechas, por ejemplo, por Consumer Reports, poniéndola por debajo de marcas como Alfa Romeo o Land Rover, tradicionalmente tan deseados como poco fiables.
El precio elevado
Producir en Europa, principalmente en Alemania, no es nada barato. El salario mínimo es cercano a 280 pesos mexicanos por hora (12 euros). Las vacaciones son entre 20 y 30 días y trabajan entre 36 y 40 horas por semana. En China también trabajan 40 horas, en teoría, pero en la práctica es más que eso. No tienen derecho a vacaciones en el primer año de trabajo y sólo tienen cinco días cuando tengan entre dos y 10 años en su empleo. Para llegar a 15 días, que es lo máximo, necesitan estar más de 20 años en la empresa.
En general, en China el costo de la producción de vehículos es entre 25% y 30% menor. ¿Cómo se compite contra eso?
No es nada fácil, tanto que Volkswagen está hablando de cerrar tres plantas en Alemania. Y lo está haciendo ahora porque hasta no hace mucho, el dinero que ganaban con las ventas en China pagaban los cuentas en su tierra. Pero ahora los chinos ya se están inclinando mucho más por los productos locales, y las menores ventas en el mayor mercado del mundo están afectando a VW, que tuvo su utilidad neta reducida 14% en el primer semestre de este año.
La marca perdió 44% de su valor en los cinco años recientes, según Reuters. VW considera que venderá 500 mil autos menos y probablemente cierre al menos tres plantas en Alemania, lo que para algunos analistas, no será suficiente.
BMW tampoco va muy bien. Sus utilidades bajaron 84% de julio a septiembre, también debido a la baja de sus ventas en China. Además estará enfrentando un problema de llamado a revisión de 1.2 millones de vehículos por problemas en los frenos.
El verdadero y más fuerte problema de todos los alemanes es que ya no son competitivos. Siguen haciendo grandes autos de gasolina, probablemente los mejores, pero en eléctricos, que es la dirección en la cual se mueve el mayor mercado del mundo, el chino, están muy atrás. Algunos en occidente lo saben. Jim Farley, CEO de Ford, luego de manejar la versión más barata del Xiaomi SU7, dice que le encantó y no lo quiere regresar. Si occidente, incluso orientales como Japón y Corea, no se ponen las pilas, dejarán el volumen a los chinos y se dedicarán a vehículos de nicho. O serán comprados por los chinos.
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