Alcalde: la coincidencia de Alfaro y Aristóteles
Es larga la lista de desencuentros entre el Gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz y la administración de Enrique Alfaro Ramírez. Y es natural, porque ambos son cabeza de proyectos políticos muy distintos. A la mayoría de los ciudadanos, sin embargo, poco les importa lo que apuesten los dos grupos políticos ahora y en el futuro electoral; su anhelo es que hagan buenos gobiernos y mejoren la calidad de vida de la comunidad. Por eso es una sorpresa que uno de los proyectos en los que hay acuerdo total entre los dos gobernantes esté siendo severamente cuestionado: la peatonalización de Avenida Alcalde, una de las vías emblemáticas de la capital jalisciense.
Los grandes cambios padecen siempre, de inicio, grandes resistencias.
Convertir dos kilómetros y medio de la Avenida Alcalde en un espacio para los peatones es algo que a muchos no sólo no les parece comprensible, sino que incluso lo consideran un absurdo, una ocurrencia para despilfarrar el recurso público.
Pero los vecinos de barrios tan tradicionales como el de El Santuario y los centenares de comerciantes que están desesperados por los años de supervivencia que han sido para ellos las obras de la Línea 3 del Tren Ligero y ahora las de la peatonalización, pierden de vista que con este proyecto no se pierde el Centro Histórico, sino que se recupera.
En Guadalajara se han cometido errores tremendos: se han derrumbado fincas de valor arquitectónico e histórico para ganar espacios porque era lo más sencillo; ¡se entubó el río que fluía en la zona del Parque Agua Azul para convertirlo en la Calzada Independencia!; el Centro de la ciudad se convirtió, porque era la solución más a la mano, en una maraña de rutas de transporte público y en el punto neurálgico del transporte motorizado, lo que a al paso del tiempo acabó totalmente con la calidad de vida. Y muchos errores más.
Durante décadas, destacados arquitectos, urbanistas y académicos, tapatíos que han deseado recuperar un centro histórico que aspira a ser, en palabras del alcalde Alfaro, “el más bonito de todo el país”, esperaron un cambio que apenas está tomando forma.
Para recuperar el corazón de la ciudad, para atraer más habitantes y también para impulsar más actividades comerciales y culturales, es indispensable desplazar al automóvil.
La gente que apenas sobrevive en esos barrios que durante los siglos XIX y XX fueros los más tradicionales, los que dieron forma a esta ciudad, no está siendo informada correctamente. No les han mostrado que una Avenida Alcalde peatonalizada es el proyecto digno que se merecen los residentes y los visitantes; es el espacio de convivencia que se admira en muchas ciudades del mundo y que aquí sólo se añora.
La peatonalización hará de Alcalde una de las avenidas más bellas y apreciadas en Guadalajara, y arrojará beneficios ahora impensables; un regalo para las nuevas generaciones. Los 240 millones de pesos que se van a invertir en la obra se antojan un precio muy bajo para el beneficio futuro.
Naturalmente, los gobernantes que aquí sí encontraron un punto de acuerdo, deben informar con mayor detalle y apoyar a quienes cargan con el mayor costo del cambio.