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Ahora si les urge

Primero vamos poniendo en perspectiva quien es Celso Ortega Jiménez -líder del grupo criminal Los Ardillos-, el hombre que ha surgido “a la fama” por decir ser “protagonista, testigo y mediador” de un patrocinio de dudosa procedencia en un pasaje de la historia política de Andrés Manuel López Obrador, además de haberse sentado a desayunar con la alcaldesa de Chilpancingo, Guerrero, Norma Otilia Hernández, reunión que levantó ámpula al demostrar la descarada relación de los grupos delincuenciales con la autoridad.

Dicen, quienes han escudriñado los inicios de Los Ardillos, que su origen nace cuando eran miembros del Cártel de los Beltrán Leyva, que junto a Los Rojos y Los Tequileros se separaron en la disputa de nuevos territorios. Hay otras versiones que hablan que Celso Ortega fue parte de Los Zetas cuando éstos mantenían la disputa por la plaza con el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva. Cualquiera que sea el origen, se trata de un de un grupo del crimen organizado y es dirigido por Ortega Jiménez.

Este personaje -Celso Ortega-, el 15 de febrero dio una entrevista al medio digital Latinus, donde afirma que cuando pertenecía a Los Zetas, Oscar Omar Trevino Morales, alias el “El Z-42”, le dio órdenes en el 2006 para apoyar la campaña de Andrés Manuel López Obrador, quien en ese entonces era candidato a la presidencia por el PRD, PT y Convergencia. De acuerdo con la misma entrevista, Celso Ortega dijo que “cuando yo anduve en Michoacán, el “El Z-42” me manda traer de Nueva Italia y me dice que tenía que venir a mi región a hacer política por Andrés Manuel López Obrador porque ellos estaban pagando la campaña presidencial del PRD”, en el entendido de que en caso de que AMLO ganará la elección, Los Zetas “controlarían todo el país”, porque el nuevo presidente “se los iba a entregar”.

La respuesta -como era obvio- desde el púlpito de Palacio Nacional no se dejó esperar, calificando López Obrador -la entrevista- de “montaje ridículo”. Pero no todo quedó en la negativa presidencial a la acusación, sino que el asunto fue tomado por la Fiscalía General de la República (FGR), quien urgió a Celso Ortega a “comprobar” las aseveraciones en contra del presidente de la República. En un boletín de prensa de la Fiscalía, se señala que “en LOS DIVERSOS EXPEDIENTES PENALES que se le sigue a la organización criminal denominada Los Ardillos, se ha abierto de inmediato un desglose con objeto de que Celso “O”, supuesto líder de esa agrupación, SEA LOCALIZADO PARA QUE, EN SU CASO, RATIFIQUE Y COMPRUEBE DEBIDAMENTE LAS AFIRMACIONES que realizó ante un medio periodístico. En tanto esto no se logra, SE LE EXHORTA a dicho individuo para que, TAMBIÉN DE INMEDIATO, y por el medio idóneo más práctico al que tenga acceso, HAGA LLEGAR a este Representación Social todos los datos y pruebas que le den sustento y credibilidad a su referida declaración periodística”.

De acuerdo a las investigaciones de la misma FGR el pasado criminal de Celso Ortega se remonta a principios del siglo, lo que significa que tiene por lo menos 20 años dedicado a la actividad delictiva y nunca se le ha podido detener y acusar de los múltiples delitos contenidos “en los diversos expedientes penales” que hay en su contra.

Ah, pero como ahora “tocó la imagen” presidencial, hay motivo para “que sea localizado... de inmediato” y aclare las graves acusaciones en contra del inquilino de Palacio Nacional. Ahora si les urge.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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