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¡Ah, Beethoven…!

Estaba cantado: el primer programa del año del CCL aniversario del natalicio de Beethoven con la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado, tendría que estar dedicado íntegramente al Genio de Bonn. Estaba cantado asimismo que la sala estaría llena: las obras programadas –“caballos de batalla”, dirían los puristas– y la presencia de Jorge Federico Osorio como solista, irreprochable en todas sus actuaciones precedentes –que no son pocas, por cierto–, eran garantía de taquilla. Por lo demás, las expectativas de la concurrencia quedaron plenamente satisfechas por la solvencia de los intérpretes. Noche redonda, pues.

Con su titular, Jesús Medina Villarreal, en el pódium, la OFJ abrió la velada con una versión aseada aunque un tanto fría de la Obertura Leonora No. 3, Op. 72b, de la ópera Fidelio. El solo de la flauta, deslumbrante a pesar de su brevedad, en la parte central de la obra, deslució un tanto por el volumen excesivo que imprimió la batuta al resto del ensamble.

En el Concierto para piano No. 5 en Si bemol mayor, Op. 73, Emperador, el último y quizás el más popular de los compuestos por Beethoven para su instrumento predilecto, Osorio acusó su pulcritud característica. Brillante en las pequeñas cadenzas intercaladas en el primer movimiento (allegro), emotivo en el segundo (andante con moto), intenso a partir de la encantadora transición al tercero (scherzo-allegro), el solista exhibió su virtuosismo, apoyado por una orquestación respetuosa; algo que propicia la misma partitura, al evitar sistemáticamente las intensidades conflictivas de la masa orquestal con los pasajes del instrumento dominante.

Como propina tras las merecidas ovaciones que premiaron su desempeño, Osorio regaló un delicioso y apacible Canon de Bach.

El programa concluyó con la Sinfonía No. 5 en Do menor, Op. 67. Al competir en popularidad con la Novena, es una de las obras más conocidas del mismo autor, y con las que, por consiguiente, el público está más familiarizado. Hubo pasajes en que, acaso por tratarse del primer programa de la temporada apenas y porque también las orquestas tardan en “calentarse”, hubiera sido deseable más brillantez.

El programa, como de costumbre, se repite este domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.
 

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