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¡Aguas!, no le “echen alcohol a las heridas”

A prácticamente una semana que López Obrador deje la presidencia, está dejando un país convulsionado y en medio de un charco de sangre. En Culiacán la paz no se puede restablecer y los enfrentamientos entre cárteles ya supera 50 asesinatos y decenas de desaparecidos; en Ojinaga, Chihuahua, aparecen 11 cuerpos -algunos decapitados- frente a las las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad; en los alrededores de Apatzingán, Michoacán, las disputas entre Los Templarios y Jalisco Nueva Generación, provoca pánico entre los pobladores y en Iguala, Guerrero, supuestos normalistas lanzan petardos e incendian una camioneta en la puerta del 27 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional, cuando estamos a tres días de que se cumplan 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Es una despedida para el inquilino de Palacio que se interpreta como un fracaso de su política de seguridad y combate a los grupos delincuenciales. El “abrazos, no balazos” que la historia deberá registrar como de “incapacidad y muerte”.

Y ¡Aguas!, porque aunado a todo esto que está en pleno desarrollo -que es lo que recibirá el próximo 1 de octubre Claudia Sheinbaum-, debemos de agregar una “bomba de tiempo”, como es el caso de la Reforma Judicial, pero no precisamente por los cambios constitucionales y lo que significan, sino el “levantamiento” que se avizora entre los empleados judiciales, quienes desde el 19 de agosto pararon actividades y el viernes pasado obligaron a que el Consejo de la Judicatura Federal diera marcha atrás en la decisión que había tomado de reanudar labores el dia de hoy.

Los empleados se negaron a regresar -hasta que se hable de las “nuevas” condiciones labores- y acordaron que sería hasta el 3 de octubre -después de la toma de posesión de la nueva presidenta- cuando supuestamente regresaran a desempeñar sus labores. Pero, ¡Ojo! El día de la toma de posesión “estamos planeando una marcha, una movilización.

Incluso la queremos promover a nivel nacional”, dijo Patricia Aguayo, vocera de los trabajadores del Poder Judicial, el viernes pasado en una entrevista con Radio Fórmula -en el espacio de Joaquín López Doriga-. Y agregó, “Y el 2 -de octubre- participar en otra -manifestación-, ESA EN DONDE ESTAMOS ESPERANDO LA ORGANIZACIÓN FINAL POR PARTE DE GRUPOS ESTUDIANTILES. Y estimamos que esas dos actividades son muy importantes de llevar a cabo”. Se van a involucrar a estudiantes en los reclamos laborales de los empleados judiciales. Sobra decir que la innecesaria participación de posibles “estudiantes” en una disputa de esta naturaleza, cuando hay muchas “heridas abiertas” en una sociedad muy sensibilizada y dividida, y en un momento político tan delicado, sería como “echarle alcohol” y provocar que “el paciente” se convulsione.

¿Usted, qué opina?

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