Agua, ¿gestionar la escasez o el sexenio?
No sé usted, pero yo no entendía nada. El SIAPA anuncia que debido a que la Presa Elías González Chávez (Presa Calderón) está en su mínimo histórico, prácticamente en cero, habrá tandeos en más de 200 colonias en el Norte y Norponiente de la ciudad. Inmediatamente después comienza la falta de agua en muchas de las colonias mencionadas y en otras no listadas. El SIAPA se lava las manos y dice que la falta de agua actual no se debe a los tandeos programados, sino al incremento en el consumo por la pandemia y a obras en proceso, pero no dice ni qué obras ni cuánto durarán; promete que habrá servicio gratuito de pipas. Acto seguido el gobernador sale en un video a decir que el problema no es falta de agua, pues hay abasto suficiente, lo que no tenemos, dice, es infraestructura para distribuirla y anuncia una gran obra, un acuaférico por el Norponiente, para llevar el agua que llega de Chapala y del sistema de pozos en el Sur de la ciudad hasta las colonias afectadas. Finalmente, el sistema de pipas, como era previsible, no alcanza para surtir la gran cantidad de casas sin agua y comienza el mercado negro con precios por metro cúbico que llegan hasta dos mil 600 pesos por 10 mil litros, más de 10 veces la tarifa más alta que cobra el SIAPA.
Nadie duda, los datos ahí están, que estamos en un periodo seco que repercute en las fuentes de abastecimiento. Pero las contradicciones y la falta de claridad sobre el problema de abasto en la ciudad van más allá de la sequía o de un problema de comunicación y tienen más que ver con la operación; es poco creíble, y de ser cierto imperdonable, que el SIAPA no sepa qué obras están impidiendo el suministro de agua y a qué colonias afecta. No hay que olvidar que hace apenas unos meses tuvimos una crisis de calidad en el agua suministrada en varias colonias y que la reacción de los operadores del sistema fue igual que ahora: lenta, tardía y contradictoria.
El acuaférico ayuda a una mejor distribución del agua en un momento de crisis, pero ni de lejos es la solución que necesita la ciudad. El problema de fondo es que, efectivamente, no tenemos agua suficiente. Tanto Aristóteles Sandoval como Enrique Alfaro, siendo alcaldes de Guadalajara y candidatos al Gobierno del Estado, se opusieron a la construcción de la Presa de Zapotillo y ambos, en cuanto se sentaron en la silla de gobernador, se convirtieron en promotores de lo que ellos mismos habían obstaculizado. En este contexto hay quien quiere ver en esta crisis un manejo del Gobierno del Estado para presionar a que se concluya la Presa de Zapotillo. Todo lo contrario; lo que está haciendo el gobernador Alfaro, tal como lo hicieron sus antecesores, es ver cómo libran el sexenio sin comprometerse a una solución de largo plazo. Alfaro sabe que en la situación actual el gobierno de López Obrador no meterá un peso a solucionar el tema del agua en Guadalajara, ni a Zapotillo ni al sistema de bombeo del Purgatorio, por lo que lo que dedicará el resto de su periodo a administrar el problema.
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