Aeropuerto sello 4T
Tras dos años y 10 meses de construcción, hoy será inaugurado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), una de las obras emblemáticas del gobierno de la autollamada cuarta transformación junto con la refinería Dos Bocas y el Tren Maya.
El origen de esta obra estuvo en la promesa de campaña del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco, que llevaba entre un 20 y 30 por ciento de avance, ya que según él, era un ejemplo de la corrupción y los negocios entre la clase política y gubernamental del sexenio del priista Enrique Peña Nieto y los magnates que se beneficiaban en detrimento de la población.
De hecho, la decisión la tomó López Obrador siendo aún candidato electo cuando luego del primero de julio que ganó las elecciones en el 2018 prácticamente empezó a gobernar por el vacío que dejó el presidente saliente.
El tema de la clausura del NAICM significó la primera consulta popular que fue toda una simulación para convertir la base militar de Santa Lucía en el nuevo aeropuerto. Nadie supo a ciencia cierta quién custodió las urnas que se colocaron en zonas de alta votación morenista, ni quiénes fueron los responsables del conteo de los votos. Fue un proceso opaco, burdo por las improvisaciones y las carencias metodológicas y legales que presentó. Una vil coartada para justificar una decisión ya tomada y que degradó este recurso de participación ciudadana.
El costo de la cancelación de las obras en Texcoco de acuerdo a una primera versión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) habría sido 232 por ciento más de lo que se había calculado al llegar a los 331 mil 996 millones de pesos y no los poco más de 100 mil millones contemplados inicialmente. Sin embargo, el reclamo y la presión presidencial al titular de la ASF, David Colmenares, por divulgar ese dato que consideró falso, hizo que el auditor bajara la cifra a 113 mil millones de pesos.
En el gobierno cuasi militar de AMLO, las obras del aeropuerto de Santa Lucía se encargaron a la Secretaría de la Defensa Nacional, que ha trabajado a marchas forzadas para tener hoy una parte del aeropuerto que inaugurar y no hacer quedar mal al Presidente. Las vialidades para llegar están sin concluir y los vuelos serán a cuentagotas. En el primer año estiman mover a 2.4 millones de pasajeros. Nada que ver con los 36 millones que tuvo en el 2021 el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ni con los 140 millones que se calculaba tendría el aeropuerto en Texcoco. Será, pues, un AIFA de 2 mil 600 millones dólares que se inaugurará en medio de improvisaciones, con apenas 6 destinos nacionales, uno internacional a Venezuela y sin reconocimiento aún de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, lo que impide vuelos de líneas de ese país.
Será una obra con el sello de la 4T y como un capricho del Presidente.