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#AMLOFEST

El Presidente Andrés Manuel López Obrador volvió al Zócalo de la Ciudad de México, sin duda su lugar favorito por lo cómodo que se siente en las plazas que le permiten hablar de frente y sentir al “pueblo” que le hace revivir, cómo dijo ayer, los “mejores tiempos” de sus tres campañas presidenciales que realizó de forma consecutiva hasta que cumplió su sueño de llegar al Palacio Nacional.

Por eso, pese a la aparición de Ómicron, la nueva cepa del COVID-19, López Obrador permitió que sus operadores del partido Morena se organizaran para llenar la plancha del “Zócalo democrático de la capital de la República”, como lo llamó ayer, y festejar con ellos sus primeros tres años de gobierno. El riesgo de contagios pasó a segundo plano porque López Obrador está convencido, como lo dijo en su tercer informe de gobierno, que la pandemia se manejó como se debía, pese a que las casi 300 mil muertes por coronavirus de marzo de 2020 a la fecha colocan a México como el cuarto país con mayor número de fallecimientos en el mundo.

Más valió al Presidente tener frente a sí nuevamente a esa multitud constituida principalmente de sus más fieles seguidores que le representan el respaldo que lo mantienen con un muy aceptable nivel de popularidad que ronda el 60 por ciento a la mitad de su gobierno. A las mujeres y hombres a los que en realidad se dirige cada mañana cuando habla desde su púlpito presidencial en su rueda de prensa cotidiana.

Por eso el acto de ayer no pudo nombrarse mejor en las redes sociales que el #AMLOFEST, no sólo por las presentaciones musicales que hubo antes y después del mensaje presidencial, sino por el tono festivo y de optimismo desbordado que volvió a marcar su discurso.

Además de autocalificar de exitoso el manejo de la pandemia, lo mismo hizo con su política de seguridad pública de los “abrazos y no balazos” al insistir que sus políticas sociales de apoyo a los jóvenes y las familias más marginadas evitarán que las mafias sigan cooptando a este sector de la población en sus filas. Esto sin importar que en lo que va de su gobierno se hayan registrado ya el doble de los homicidios que tuvieron el panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto y los cárteles de la droga controlen cada vez más territorios en el país. La violencia no se combate con más violencia, remató.

Sobre el rumbo económico del país, se dijo orgulloso de rescatar la Comisión Federal de Electricidad, minimizó el crecimiento de la inflación, culpó a los neoliberales de la contracción de 8.2 de la economía en el 2020, agradeció el envío récord de remesas de los migrantes mexicanos, y aseguró que por gobernar sin corrupción México superará pronto la crisis.

Se confirmó así nuevamente que la gran fortaleza de AMLO es su habilidad comunicativa para basar en la redundancia, en repetir sus presuntos logros de gobierno una y otra vez, para crear el espejismo, que el país cambió a partir de que él llegó. 

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