AMLO y Raúl Padilla: la tarea y un poco de memoria
Domingo 17 de abril de 2005. A casa de Raúl Padilla llegan los llamados miembros del Sanedrín, el grupo político con los que “el licenciado”, como le dicen sus más cercanos colaboradores acentuando el artículo, un singular que no deja lugar a dudas: licenciado solo hay uno. Los ha convocado para tomar una decisión urgente. López Obrador acaba de anunciar una gira por los estados para sensibilizar al país sobre el atraco que significa el desafuero. La decisión a tomar es si la Universidad de Guadalajara debe o no apoyar y cómo el mitin del próximo jueves 21. Tras unas horas de deliberación, la decisión es que a pesar de que el llamado Grupo Universidad está enfrentado con el de López Obrador en el interior del PRD, sin duda será el candidato a presidente de la República de este partido en 2006 y que hay que estar ahí, con todo: hay que movilizar estudiantes, publicar desplegados en prensa, hacerse cargo de la logística. El Licenciado le pregunta a su operador político de mayor confianza. “¿Cuánto necesitamos?”. “Yo calculo que con cuatro millones la hacemos”.
El mitin fue un éxito. En el podio en Plaza Liberación acompañan al entonces Jefe de gobierno de la Ciudad de México, nada menos que el escritor Fernando del Paso y Raúl Padilla (la foto, para quien tenga duda, está en la primera plana de El Informador en 22 de abril del 2005). Abajo, cinco, ocho y diez mil estudiantes y simpatizantes del PRD que llegaron en camiones fletados desde todos los rincones del Estado (para quien tenga duda la foto está en El Informador, ese mismo día en la página 10-B) con gorras y pancartas hechas exprofeso para la ocasión (¿ahora entienden lo de los cuatro millones?) gritan emocionados ante la frase de cierre de López Obrador: “Jaliscienses, los amo desaforadamente”.
Tienen razón López Obrador: tenemos que ventilar lo que sucede al interior de todas las Universidades del país y democratizar la vida interna de éstas.
De aquel chorro de amor no queda ni un chisguete. El viernes López Obrador acusó desde el púlpito de la mañanera al presidente de la Feria del Libro de usar la fiesta de los libros para atacar a su gobierno y nos deja de tarea a los periodistas “investigar” cuántos años lleva Padilla controlando la Universidad. Respondo: nada más tres décadas, si consideramos que el año 89 se la pasó en la batalla interna contra los liderazgos a los que desplazó. De esos 30 años una partecita de las decisiones y presupuesto que controla “El Licenciado” estuvo dedicada al apoyo del hoy presidente durante cerca de 10 años, en sus dos candidaturas por el PRD, la de 2006 y la de 2012.
Tienen razón López Obrador: tenemos que ventilar lo que sucede al interior de todas las Universidades del país y democratizar la vida interna de éstas. Pero nunca está demás hacer memoria, porque ese juego perverso de López Obrador de que los corruptos son los otros y que mientras él no se entere de dónde sale el dinero para sus actividades políticas puede volar impoluto por encima del pantano señalando a los otros de atascados resulta absurdo y falaz. Si el dinero chueco del que él se beneficia políticamente viene de Bejarano, del hermano Pío o el Grupo Político de la UdeG el presidente es también responsable de ello.
diego.petersen@informador.com.mx