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AMLO se volvió a exhibir

Que triste, desconcertante, lamentable y deplorable resulta la posición asumida por el presidente Andrés Manuel López Obrador respecto al ataque masivo que a partir del sábado orquestó el grupo terrorista islamista Hamás en contra de Israel, dejando una estela de muerte. Su posición fue de “No consideramos que debe utilizarse la violencia, es muy claro el mandato de nuestra constitución en cuanto a política exterior, no intervención, autodeterminación de los pueblos, cooperación para desarrollo, solución pacífica de las controversias. No queremos la guerra, no queremos confrontación, no queremos violencia. Sabemos que es lo más irracional que puede haber”.

El comunicado del fin de semana de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) fue más explícito y directo cuando “...condenó los ataques sufridos por el pueblo de Israel con la lamentable pérdida de vidas humanas”. Sin embargo, en la mañana de ayer lunes, lo de AMLO fue inaudito al no reprobar las acciones de un grupo terrorista en contra de un país o estado debidamente constituido.

Inmediatamente vienen a la mente las posiciones que ‘nuestro’ mandatario ha asumido en innumerables ocasiones -sobre todo en Latinoamérica- cuando un dignatario que no es de su corriente política, de su predilección o de su preferencia, entonces si ‘le vale’ aquello de la ‘no intervención’, calificando, criticando y opinando sobre asuntos exclusivos de entidades ajenas a nuestro país.

AMLO al lamentar el uso de la uso de la fuerza y la guerra, establecimiento que “pues genera sufrimiento y genera víctimas” y recomendar que las Naciones Unidas (ONU) “deben emplearse a fondo”, se exhibe y solo demuestra su desconocimiento de cuál es la función principal del organismo internacional y que se encuentra contenido en el artículo 1 de la Carta de Naciones Unidas, que claramente indica es “Mantener la Paz y la seguridad internacional, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de justicia y del derecho internacional, el ajuste de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz...para alcanzar intereses comunes y fomentar las relaciones pacíficas ENTRE LAS NACIONES -estados-”, no entre los estados y grupos terroristas -como es el caso de Hamás-. Le quedará claro al inquilino de Palacio Nacional esa función de las Naciones Unidas.

Es lamentable que el presidente de México no rechace los procedimientos criminales de los grupos terroristas en contra de la población civil como ha sucedido en Israel, amparándose en ‘su’ convenenciero argumento de la “no intervención” y en cambio cuando alguien de su corriente ‘filosófica’ es afectado por alguna circunstancia en ‘patio ajeno’, simplemente ‘le vale...’ el mandato constitucional de la “no intervención”, contenido en la Fracción X del artículo 89 de nuestra Constitución, y habla disparates y se exhibe -como sucedió ayer-.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub/net

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