Ideas

AMLO respondió a Alfaro

Otra vez regresaron los rounds de sombra entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Alfaro. Lo bueno que sólo era “calentura electoral”, nada más que la contienda ya se acabó.

El tabasqueño respondió desde su casa de transición a las críticas y rechazo de Alfaro a la figura de coordinador estatal único por considerar que viola el pacto federal.

La visión de Andrés Manuel es más simple: si hoy el Presidente nombra a 80 delegados y subdelegados en Jalisco, en su gestión designará a uno y será Carlos Lomelí.

“No requerimos modificar ninguna ley. Yo tengo esa facultad y la voy a ejercer”.

Nomás que Lomelí aseguró que administraría más de 80 mil millones de pesos federales. Al menos en el discurso de ayer, Andrés Manuel no precisó esa facultad de administrar dinero que sí requeriría reformas.

¿Mintió Lomelí? ¿Habló de más? Lo cierto es que, con las Propuestas del tabasqueño, sin claridad ni definiciones, hoy es muy difícil saber los alcances de una figura como esta.

Esta novela continuará…

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De qué estarían platicando en una peculiar reunión en la que coincidieron tres políticos de visión e intereses muy distintos.

Se trata de Alberto Uribe, Francisco Ayón y Salvador Cosío, a quienes se les vio en un restaurante por el rumbo de Chapultepec muy metidos en la plática.

Nos cuentan que entre los temas abordados estuvo la relación de Enrique Alfaro con Lomelí y las posibilidades que le abre a Uribe su relación con Marcelo Ebrard.

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Cuentan los enterados que aún no hay humo naranja para oficializar quién coordinará la bancada emecista en la próxima legislatura local.

Tras la reunión de los diputados electos con Enrique Alfaro, se esperaba el anuncio que no llegó.

El Legislativo requiere un amplio paquete de reformas para delinear la reingeniería que Alfaro pretende se note desde el primer día de su gestión.

En estas condiciones, podría darse por sentado que el sheriff legislativo, Salvador Caro, seguirá pastoreando las huestes emecistas; aunque algunas voces advierten que no goza de la completa simpatía de sus compañeros.

Más allá de afinidades, está claro quién tiene la última palabra y todos se deberán cuadrar.

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