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AMLO menguante

Viene un año realmente interesante. Por fin.

Desde hace mucho tiempo no se recuerda un inicio de año en que el panorama fuera ligeramente optimista respecto a los años anteriores.

Hablamos desde el punto de vista económico.

Los pronósticos en general hablan de que tendremos una inflación a la baja después de que las cifras oficiales habían llegado casi al 10 por ciento, es decir a un doble dígito.

Por otro lado, el tipo de cambio se ha mantenido estable y no sólo eso, sino que por momentos nuestro peso se ha revaluado frente al dólar.

La política monetaria del Banco de México, aunque ha encarecido el costo del dinero, ha permitido que no se dispare la inflación.

Y aparecen en el horizonte ventajas competitivas para México, como aprovechar la vecindad con Estados Unidos para que el nearshoring, compañías extranjeras finalizando sus procesos de producción en territorio mexicano para exportar al Norte, genere ingresos importantes no sólo en divisas sino también en el nivel de sueldos que se van a pagar porque el valor agregado en esos procesos es mucho más de lo que conocíamos como mera maquila.

Habrá dinero en aquellos estados que han apostado precisamente a la instalación de estas grandes plantas internacionales.

A diferencia de lo que fueron los primeros años del Gobierno de la 4T, donde las ocurrencias en las decisiones económicas metieron en apuros al sector productivo, ahora el Gobierno de López Obrador ha entrado en una etapa menguante que ha reducido su margen de maniobra.

Ahora es muy complicado que el señor Presidente se saque de la manga iniciativas como las que aventó al país en sus primeros años.

Su poder se ha visto rasurado al perder batallas como el freno a su reforma electoral original, el rechazo a su ministra favorita para presidir la Suprema Corte y también por el deterioro en la imagen de su consentida para ser su sucesora, que está haciendo crisis por los problemas del Metro de la CDMX y demostrando que si bien puede ser una buena aldeana está muy lejos de tener los tamaños para hacerse cargo del país y del rimbombante proyecto de la 4T.

Se ha quedado corta.

Tal parece que por primera vez en mucho tiempo el país podrá fluir sin la injerencia de los grupos políticos que tanto lo han dañado.

Ya lo decíamos: no cabe duda de que viene un año realmente interesante.

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