AMLO en manos de la Corte
La Corte le ha dado palo y le ha dado la razón a AMLO. Hasta ahora, el poder presidencial ha tenido un contrapeso y un aliado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Desde el inicio de su mandato, AMLO se ha enfrentado una o dos veces al año a los ministros de la Corte -unas veces entre pataleos y otras sin chistar.
Hoy el pleno de la Corte decide sobre el último diferendo entre AMLO y sus opositores: la constitucionalidad de la Ley de Industria Eléctrica que regresa el monopolio a la CFE.
Si los magistrados la avalan, otorgan una victoria al Presidente que vuelve casi innecesaria la reforma constitucional que los legisladores quieren aprobar en Semana Santa.
Si los magistrados la rechazan, AMLO tendrá que convencer a la oposición de cambiar la Carta Magna o en otras palabras adoptar la postura: «si mi ley es inconstitucional, pues cambio la Constitución».
En al menos cinco ocasiones, la Corte ha frenado iniciativas del Presidente contra dos veces que le ha dado la razón. Un marcador de 5-2.
En su primer año, los ministros revirtieron el tope salarial en organismos autónomos para que nadie gane más que el Presidente.
La Corte también frenó la prisión preventiva oficiosa por defraudación fiscal y el decretazo para opacar sus obras insignia.
Además los ministros fallaron recientemente contra la prohibición para que ex altos funcionarios trabajen en la iniciativa privada durante 10 años a partir de finalizado su encargo.
Esta semana, la Corte también dio un revés a AMLO al señalar de inconstitucional la disposición discrecional de los ahorros producto de la ley de austeridad.
Sin embargo, la Corte le ha dado dos grandes triunfos al Presidente. En 2020 aprobó la consulta popular para el polémico juicio a ex presidentes aunque reformularon su pregunta.
La Corte también ordenó al INE la realización de la revocación de mandato con el presupuesto asignado, menor al reclamado por el Instituto.
No puede decirse, como ha acusado el Presidente, que los ministros estén a favor de la corrupción o en contra de la voluntad popular.
La función de los jueces en una democracia tiene una razón de ser: el contrapeso del Poder Ejecutivo, pues en teoría un juez no es un político ni representa los intereses de grupos o un partido político.
Por eso la votación de hoy es de pronóstico reservado.