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AMLO en Estados Unidos, ¿para qué?

El Presidente Andrés Manuel López Obrador amanece hoy en los Estados Unidos. Se trata de nueva gira presidencial al país vecino, apenas unos días después de que convocó a “desmantelar” la Estatua de la Libertad, si la justicia estadounidense se empeña en procesar a Julian Assange, fundador de WikiLeaks.

Pero más allá de esa ocurrente declaración que alimentó miles de memes, ¿cuál es la utilidad de esta visita presidencial al país que más importante en la agenda internacional mexicana?

Lo primero, aunque parezca broma, es que no habrá “mañanera”. Es un descanso en la agenda mediática que se agradece porque brinda una pausa y permite sondear los temas graves que afectan al país. Y son muchos.

En cuanto a la visita en sí, pareciera ocurrir en un momento inapropiado. Ni la agenda de López Obrador ni la de Joe Biden están suficientemente empatadas. Es más, la visita del Presidente mexicano parece intranscendente; no arreglará nada que sea de impacto en México, ni tampoco sentará las bases de un arreglo en el futuro inmediato.

Para Biden, las cosas son meridianamente claras: pedirá a López Obrador que se afinen las medidas para detener a los migrantes en territorio mexicano, y alejarlos de la frontera estadounidense, y también usará la ocasión para sacarle al Presidente mexicano, así sea sólo verbal, un compromiso para detener el incontenible tráfico de fentanilo, que está alimentando una tragedia en territorio norteamericano, donde se advierte una alta mortandad de al menos 107 mil personas por sobredosis de esta sustancia, sólo durante el año 2021.

¿Y para nuestro país cuál será la ganancia? ¿Qué atención puede recibir el Presidente mexicano cuando Biden está comprometido hasta el cuello con el conflicto en Ucrania y el preocupante momento electoral que parece condenar a los demócratas a perder espacio en el Senado, el Congreso y otros estados donde habrá elecciones? La posición de Biden se debilita con el paso de las semanas y su más grande preocupación es la inflación y la posibilidad de una recesión, así sea pequeña, que muy probablemente lo sacaría de la Casa Blanca.

México, otra vez, puede esperar.

Andrés Manuel López Obrador hizo un anuncio que puede ser notorio en particular para quienes simpatizan con él casi sin condición: propondrá a Biden una estrategia conjunta para que Estados Unidos y México enfrenten la inflación.

A los analistas económicos les pareció un mal chiste. La economía estadounidense es tan grande y diversificada en comparación con la nuestra, que no hay ni siquiera punto de comparación; en términos económicos, la mejor noticia que puede traer de regreso el Presidente mexicano, es que no haya endurecimiento de los reclamos por las inversiones en materia de energía, que sigue una ruta de confrontación jurídica aunque no lo digan ni los presidentes ni los miembros más prominentes de ambos gobiernos.

Un punto central de interés para el público mexicano, puede ser un compromiso real del Gobierno estadounidense para generar inversiones económicas en países de América Central, y contener así un poco la oleada de migrantes. Ese podría ser un acuerdo que dé a conocer la vicepresidenta Kamala Harris.

Fuera de eso, la gira presidencial puede convertirse en la más inocua de las visitas recientes de un Presidente mexicano al país vecino.

Jorge Octavio Navarro

jonasn80@gmail.com / @JonasJAL

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