Ideas

AMLO desenvainó la espada

Era el verano de 1962 (29 de junio) cuando el presidente John F. Kennedy visitó la Ciudad de México, fue recibido por nuestro mandatario -en aquel entonces- Adolfo López Mateos. Ese encuentro fue el principio del acuerdo para terminar con una disputa de más de un siglo y que a la postre resultó con el regreso a nuestro país de las 177 hectáreas de El Chamizal. En esa entrevista Kennedy le entregó un regalo a López Mateos, que era un retrato del presidente Benito Juárez -que se dice fue una de las últimas que se le tomó- que data de 1871, precisamente un año antes de morir. Esa fotografía se encuentra en una de las oficinas de Palacio Nacional.

Bueno, al pie de esa fotografía del Benemérito de las Américas, a quien se le reconoce internacionalmente por su frase, ‘Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’, fue el lugar escogido por el presidente Lopez Obrador para posar el lunes pasado al lado de Joe Biden, y sus esposas.

Esa acción fue el primer mensaje subliminal de lo que estaba por venir. Después del recorrido por Palacio Nacional ambos mandatarios, rodeados por su principales funcionarios de gabinete, se sentaron a la primera reunión formal del encuentro, y después de muchas atenciones y muestras de afecto, vino de manera brusca el reclamo por parte de López Obrador.  Y dijo que desde los tiempos de la ‘Alianza para el Progreso’ durante el mandato del Presidente John F. Kennedy, Estados Unidos prácticamente no ha hecho nada en materia de cooperación y, “en consecuencia, sostengo que es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe, opuesto a la política de la buena vecindad de ese titán de la libertad que fue el Presidente Franklin Delano Roosevelt”. ‘Tenga para que aprenda’, ha de ver pensado López Obrador.  Y después de eso, se escuchó el remate de la intención cuando le dijo, “usted tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países del continente americano. Comenzar con usted una nueva etapa de los pueblos y naciones del continente, a partir del respeto y de la ayuda mutua”. Un reclamo que creemos es infundado -sin sustento-, y del que mañana en este mismo espacio habrá oportunidad de abordar con más detalles.

Habiendo tantos temas y prioridades de la relación binacional -México/Estados Unidos-, AMLO prefirió hipotéticamente ‘desenvainar su bolivariana espada’ y presentar sus credenciales ideológicas, tal y como lo había prometido desde la destitución del ex presidente peruano Pedro Castillo, cuando dijo, “lamento mucho que el gobierno Estados Unidos, que siempre habla de democracia, en vez de pedir que se respetara la voluntad del pueblo, lo que hace es que avala toda la maniobra truculenta para destituir a un presidente”.

Lopez Obrador está resuelto a ser el ‘líder’ de América Latina. Y si no, solo hay que recordar sus diferentes posturas políticas con algunas situaciones ante varios países y sobre todo el boicot personal del año pasado a la reunión de la CELAC -Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-, así como el mismo lunes la posición que asumió a nombre de México el Canciller Marcelo Ebrard durante la reunión anual de Embajadores y Cónsules, cuando urgió a que la Organización de Estados Americanos (OEA), “hay que sacarla del marasmo, es un desastre. No estoy hablando de (Luis) Almagro -secretario general del organismo (?)-, estoy hablando de la institución. Almagro es peor, pero la OEA, un desastre”. 

Son dos años que quedan a la administración de AMLO y seguramente que en ese tiempo continuará con su misión de levantarse como el estandarte latinoamericano de las liberación del yugo capitalista, dejando de lado las prioridades de la relación bilateral con Estados Unidos, poniendo cara de ‘inocente’ y con la espada desenvainada. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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